miércoles, 7 de junio de 2023

No habéis rezado lo suficiente por mí

 Pues eso, que no me han dado el trabajo. Mira que os pedí en mi última newsletter que os apiadarais (Dios mío, ¿habré escrito esto bien?) de mi alma, pero vosotros nada, erre que erre con vivir vuestras vidas, ajenos al mal ajeno (¿se puede repetir ajeno tan seguido? ¡Dios mío, ¿por qué me has abandonado?!). Antes de explicaros por qué fracasé en mi entrevista/prueba de trabajo (era para ser guionista en un concurso de la tele), os pido que os suscribáis a esta gacetilla (ya sé que no soléis hacer caso a mis ruegos, ejem, pero la esperanza es lo último que se pierde):

A ver, pues se nota que llevo algunos (algunos debe ser el eufemismo del siglo) años fuera de la rueda y parece ser (parece ser, y es, y fue) que entendí mal una parte del ejercicio que debía hacer. Sí, veréis, antes de la entrevista recibí un link para ver un vídeo y el encargo de preparar dos pruebas distintas para un hipotético programa del concurso en cuestión. Ambas pruebas contaban de una parte A y una parte B. Y digamos que me centré más en A que en B… cuando la parte B era la realmente importante. Y por más que quise improvisar, e improvisé, y por más que quise reenfocar mi trabajo previo, que lo hice y bastante, el entrevistador lo tuvo clarinete. Lo podía haber hecho mejor. No lo hice bien, entendí mal parte del ejercicio, y lo pagué con creces (… ¿¿qué divisa son esas creces, vamos a ver??!).

No he visto Las aventuras de Timmy Fracaso, pero su “animada” foto de un oso polar junto al cartel de FAILURE ilustra, en cierto modo, mi experiencia

En la propia prueba/entrevista (donde, tal como me dijo el entrevistador, fue mucho mejor la entrevista que la prueba) ya noté que las cosas no estaban yendo tan bien como quería… y al día siguiente, cuando estaba en Oporto haciendo fotos y soñando con un futuro por fin reenganchado a “lo mío”, recibí el email que me mandó para el otro barrio. Gracias, pero no. Me da mucha rabia no solo por lo obvio, sino también porque yo era fan del programa en sí, creía conocerlo casi como a mi portero… pero no, al portero lo tengo mucho más controlado (¡claro, si no dejara de revolotear alrededor de la portería en lugar de meterse en ella!). En fin, que solo hay una cosa que me alegra de no conseguir el trabajo, todo lo demás es rabia y decepción. (Si quieres compartir el post de mi fracaso, ¡es súper-fácil, dale al botón de debajo!)

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Bueno, a ver, he dicho que el email me mandó “al otro barrio”. No es tan así. Sigo aquí. Vivito y coleando (argh, qué asco). Voy a seguir intentándolo otro poquito más. No sé cuánto más ante esos pagos que tengo que hacer cada mes, pero un poquito más. Ahora le sumaré a esta carrera en en busca de “lo mío” no solo el fracaso de una entrevista que de haberla pasado me metía otra vez en la rueda, sino la enseñanza del mismo: aparte de ser tan happy flower, hay que ser un poquito más killer cuando tienes la meta tan cerca. Hala, que no solo saben automotivarse de forma ridícula los de las tazas esas.


All by myself…

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