Hace poco tuve el placer de asistir al primer cinefórum de los (siempre excitantes) Cines Embajadores. Esto, que no es más que “reunirse para comentar una película después de verla”, me dejó posito. Lo que no era sino una apuesta a ciegas (en Madrid, a diferencia de Dublín o, al menos, la Dublín que yo vivía, es casi inevitable jugártela a loqueseacultural y seguramente aciertes, de tantas cosas que hay) se convirtió en una experiencia a la que le saqué bastante miga. Voy a intentar “desmigarla” (eeeeeemmm… no soy Pablo Neruda, pero creo que esto ha estado bastante bien) en tres epígrafes, que es una palabra que exite:
1/ La película es more than meets de eye (como la canción de los Transformers): Saint Omer. El pueblo contra Laurence Coly es la historia de Laurence, una chica acusada de haber matado a su hija de 15 meses. La novelista Rama asiste al juicio para inspirarse para su próximo libro. A ver, esta es la sinopsis de la película… y la película, tal cual. No hay mucho más. De hecho, hay planos larguísimos, eternos, interminables en los que tan solo vemos a la acusada declarar (y en tono de persona normal, no crazy como en las películas) y a los abogados preguntar. Los primeros 15-20 minutos me estaban pareciendo letales… ¿¿Va a ser así toda la película??, me preguntaba, más nervioso que una zarigüeya en celo. Resulta que no. Que la cosa se desentumece, la narración se relaja (just a little) y uno empieza a recibir más cosas de una película dura, seca y áspera como ella sola. Sin embargo, acaba, se encienden las luces… y yo seguía bastante torcuato. Sí, vale, bien, pero… ¿de dónde salen esas críticas maravillosas? Deduje (culto no, pero deductivo un rato) que las buenas críticas del film se debían a varios intangibles que no había terminado de pillar.
2/ El cinefórum te puede recontextualizar una película: Si me gustó Saint Omer. El pueblo contra Laurence Coly fue por la maravillosa sesión post-partido de EXPLICACIONES A GOGÓ impartida por el crítico, profesor y programador de cine Javier Hernández Estrada (creo que escribe en la revista Caimán… y un señor que dice amar tanto las revistas de cine como yo debería saberlo). Este tío pilló el micro (que usó a modo de linterna -metafóricamente, no está loco-) y empezó a arrojar luz en aquella cueva oscura en lo que yo me hallaba. Entendí de dónde venía la protagonista, cuáles eran sus orígenes y situación en Francia, cuál es la relación entre Francia y el Senegal, el porqué de las elecciones estilísticas y temáticas de la directora Alice Diop, cuáles eran las afirmaciones (afirmadas sin afirmar) que se daban en la película sobre la maternidad, la feminidad, el sentido de la justicia y si este puede existir a través de ese ojo viciado nuestro… Flipé, básicamente. Este tío demostró conocimientos y pasión por la película de una manera contagiosa… y una cintura excelente cuando tuvo que torear con alguna de las preguntas que se le hicieron por parte de la audiencia (yo estuve callado como una rata).
3/ La gente expone, y muy bien, sus opiniones sobre las cosas: Yo solo opino en Google Reviews porque es más fácil despotricar ahí de unas alioli duras y del día anterior que en la misma cara del dueño del bar (… vaaaaale, y porque me encanta escribir, también); pero me fascinó lo mucho y bien que habla la gente en un foro público. La gente no tenía miedo de decir abiertamente lo que pensaba de la película, ya fuera acertado o equivocado lo que pensaban. Esto es algo para mí interesantísimo, ya que siempre le paso 20.000 filtros hasta a un simple “buenos días” que tenga que decir en público. Ojalá esa facilidad para pedir el micro y, simplemente, soltar lo que se me pase por la cabeza. Y no es solo que asistiera con absoluto agrado a lo participativa que estuvo la gente; sino que me gustó mucho lo bien que argumentó la mayoría de la gente, lo enriquecedoras que son las opiniones de los demás para modular la propia (o no), y lo alucinante que es reunir a 30-40 desconocidos y ponerlos a comentar sobre algo que han visto… todos nos entendemos a las mil maravillas, independientemente de nuestra edad, clase o amor desmedido por los donuts fondant. Entendí en este cinefórum que las personas estamos abocadas irremediablemente a entendernos. Aunque nos quieran hacer creer lo contrario.
… Por fin una newsletter de estas en las que tengo algo que contar, ¿eh? Venga, tampoco te relajes mucho, que ahora toca el autobombo obligatorio. Cosas que he hecho estos últimos días para estar un poquito activo:
All by myself…
Esta semana escribí en mi blog íntimo y personal sobre aquellos programas de cine que veía y escuchaba antes de elegir qué peli ver consultando la cartelera (¡¡en el periódico, porque no existía internet, Juan pero por qué eres tan viejísimo!!)
Participé en un nuevo programa de Scanners dando mi opinión sincera, respetuosa y muy amartelada sobre Creed III
En Noches de Miedo repasé las pelis de miedo y thrillers de la plataforma FlixOlé (es una turra de una media hora al final del podcast, pero bastante instructiva de lo que podéis encontrar, yo creo que es casi como un libro de autoayuda pero aplicado a contenidos)
Pili Halliwell y yo volcamos (from the heart) nuestras primeras impresiones de Scream VI, una película que quizá los médicos deberían recomendarme de forma intravenosa (si fueran médicos responsables y profesionales)
Justo antes de eso grabé un podcast en el que soltaba unas cuantas teorías sobre qué podría pasar en la película (es divertido escuchar a toro pasado como ni me acerco en ciertas cosas… pero estoy cerquísima en otras -yo es que, mentalmente, resido en Woodsboro-)
En Scanners (solo para mecenas y sin ningún spoiler) le confesé a Mat todo lo que pensaba sobre Scream VI después de haberla visto en un pase de prensa a las 10 de la mañana que parecía aquello el Joy Eslava un viernes por la noche de la excitación que reinaba en la sala (… el Joy Eslava sigue existiendo, ¿no?)
Te recuerdo, persona entrañable que lees estas líneas y que tienes bondad en tu corazón, que sigo a la caza y captura de un trabajo en el que pueda escribir, editar, hablar o cortar los bordes de los sandwiches de Rodilla… tan solo para luego escribir un artículo sobre la experiencia y no volver a cortarlos nunca (¡já!); así que si recomiendas esta newsletter a alguien (o la compartes dándole al botón de abajo) habrás puesto de parte para que el universo alcance un cierto equilibrio (y para que yo deje de estar en pijama a diario hasta las 11 de la mañana). ¡Gracias!
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