Soy fan del programa de Chicote, tanto que si se me pasa ver Pesadilla en la cocina una semana, intento echarle el lazo a ese episodio buscando por páginas oscuras de internet… Sin embargo, cada vez me cansa más su fórmula, ya sabéis: Chicote ve un sitio que da asco > Chicote se enfrenta a los dueños para cambiar las cosas > Chicote cambia el local y las cosas y salva el local.
Me interesa mucho el principio, cuando Chicote prueba la comida y va haciendo sus comentarios chisposos, y cuando revisa las lamentables condiciones de la cocina y de los trabajadores… pero cuando empieza a hacer ejercicios de “vamos a tirar de un pañuelo gigante para que aprendáis a trabajar en equipo” o cuando se reconcilian de repente para trabajar todos juntos y sacar adelante el servicio me pongo a mirar un poco el móvil porque, I mean… es como si un robot se hiciera cargo del programa y lo depositara en su final inevitable. Que sí, que si veo el programa es porque me gusta su fórmula, pero… ¿qué pasaría si un día, solo un día, alteraran la fórmula?
Un día, Chicote ve el percal y se pira. Fin. Un día, Chicote relanza el local pero se quema el almacén. Un día, Chicote se pasa de fogosidad y la trama salta a los juzgados locales ya que el dueño del restaurante le ha denunciado. Yo qué sé. Entiendo que no hay que arreglar lo que no está roto, pero ¿realmente creen en la Sexta que la gente abandonaría en masa el programa si ven un mínimo cambio? ¿No se quedarían flipados los espectadores e imantados ante la tele al descubrir que en el Pesadilla de esta semana PASA ALGO QUE NUNCA HA PASADO? No hablo de romper la fórmula en pedazos, ¡bendita sea la fórmula!, pero sí de jugar con ella alguna vez para producir… no sé… algo excitante. Últimamente he pensando en esto, de cómo me gustaba el cómico Pedro Reyes porque nunca sabías por dónde te iba a salir, de cómo sería aplicar esta actitud de saltarse las normas a los procedimientos “formuláicos” de la vida cotidiana… ¿No sería genial que el señor que te pide que rellenes otro papel más y vuelvas otro día a su ventanilla hiciera una excepción y se saltara su burocracia infame para ayudarte? ¿No sería maravilloso comprobar cómo el Cercanías de la mañana, que va más cargado que una mula, se reforzara con hasta cinco trenes de manera consecutiva para subir a toda la gente que se queda sin poder subir en el andén? ¿Acaso no sería un sueño que el dueño que una inmobiliaria, no sé, LIMPIARA LOS PISOS QUE ENSEÑA antes de enseñarlos? Locuras, pequeñas libertades que concedernos para echarle un poco de picantito a la vida. Yo quiero probarlo.
All by myself…
En mi blog íntimo y personal escribí sobre el proyecto “WAP” y rutas para caminar por Madrid
En Scanners podéis escuchar la entrevista que le hice a Jesús Mateos de Cines Paz MK2 sobre la programación de los cines, una de las más potentes de Madrid
En el podcast Noches de Miedo hablé en un (creo) divertidísimo debate sobre la saga Slumber Party Massacre
En Brenda Forever volví a repasar la carrera de Brendan Fraser volviendo a ver La Momia y Crash; y me volví loco de la emoción al recoger la noticia de que vuelve Sé lo que hicisteis el último verano
Os recuerdo, porque ya que estáis aquí por qué no, que sigo buscando trabajo de “lo mío” (que no es mío en absoluto a juzgar por el devenir de los acontecimientos), así que si compartís esta newsletter y lo sabe más gente pues me ayudáis a que se conozca mi situación de absoluta necesidad; eso sí, es importante que la persona que me contrate sepa que el lunes después de los Oscar no pienso ir a trabajar, esta es una noble costumbre que mantengo desde años y que no pienso romper (a menos que el trabajo sea poner en marcha el reboot de Melrose Place… un segundo reboot, digo, porque ya hubo uno).
Os pongo aquí debajo una foto de Melrose Place porque por qué no, ¡pasad una feliz semana y que vuestros vecinos no sean tan liantes como aquellos!
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