jueves, 1 de junio de 2023

Qué asco lo de dentro de la calabaza, ¿no?

 Lo de dentro de la calabaza (que no es otra cosa que calabaza) puede que esté rico en cremas y pumpkin lattes, pero qué asco da cuando se ponen a tallar calabazas en las películas americanas y sacan ahí unos hilillos que ríete tú de los de Twitter o aquellos de plastilina a los que aludía Rajoy cuando el Prestige. Y es que, por muy bonita que luzca esa bola naranja convertida en calavera, lo que había dentro era una engañifa total, un embuste plastoso que te deja las manos perdidas. Si te digo que esto es una metáfora de la vida a lo mejor me dices que un poquito forzada, ¿no? Bueno, sí, a ver, se trataba de empezar una (yet another) nueva newsletter el día de Halloween y unir esto con mi (tormentoso) proceder en la vida, así que qué quieres (he puesto la tilde en el “qué” correcto, con eso ya puedes darte con un canto en los dientes).

Jamás en mi vida le he tallado ojos, nariz y boca a una calabaza. Vegetales con facciones humanas, ¡el auténtico terror!

No, pero en serio, la vida es un tema, ¿eh? Cada vez pienso más en esa cortina de humo que ponemos delante de los niños para que no se enteren de esto, de la absoluta miseria que les espera al otro lado. Sí, vale, hay momentos que están bien y tal, algún apunte cómico, pero convendremos en que el género de la película es el drama, ¿no? ¿Por qué no prepararlos? A ver, no digo pillar a un niño de cuatro años que viene a tu salón a dar vueltas en su mini-bicicleta (como me pasó este sábado noche) y decirle “¡Despierta, muchacho, todo esto es una mierda!”… pero sí algo intermedio, un ir metiéndoles en harina: “Miguelito, detén un segundo tu pedalada feliz y ven aquí a que te cuente una cosilla… Digamos que… a ver, en la vida real… te van a poner palitos en las ruedas…”. Un ir corriendo la cortina paulatinamente, ¿no llegarían más preparados al hostión de la realidad?

Que los padres decidan. Yo, de momento, bastante tengo con lo mío. ¿Y qué es lo mío? Pues buscar de lo mío, básicamente. Hace cosa de mes y medio-dos meses me planté (“esto va un árbol al Precio Justo y se planta” -los más viejos entenderéis el chiste-) y me propuse no volver a trabajar en cosas que me dan auténtico asco, como los hilillos de las calabazas, tipo atención al cliente, seguros, y Gestión de Mierdas International, que es lo que he venido haciendo desde hace demasiados años. Ando ahora (me siento más bien) buscando de lo mío y en esta “noticiascarta” semanal iré relatando mis éxitos o falta de ellos. Si tengo un éxito absoluto en mi misión y encuentro, efectivamente, algo de lo mío (trabajar la palabra, por tierra, mar o aire), esta newsletter desaparecerá. Supongo. Quién sabe. Mientras este chiringuito siga abierto, entiendo que me servirá como glosario de lo que hice, intenté, dejé de hacer o recuento c(r)uento de cómo me fue en la batalla (creo que he usado mal el término “glosario”, pero mira, como nadie me paga por escribir esto, pues…).

Voy a intentar acabar cada newsletter con dos bloquecitos de recomendaciones. El primero, con cosas que ver/leer por ahí; el segundo, con cosas que haya hecho yo. Sin más dilación…

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Por ahí…


All by myself…

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