Llevo un tiempo bastante dedicado al tema de las Google Reviews, esto es, cada vez que voy a comer/cenar/hacer el pino puente a cualquier sitio, le hago unas fotos y más tarde cuelgo mi "crítica" (de puro aficionado) en Google (aquí tenéis mis reseñas). Sobre todo a la hora de comer, y más exactamente a la hora de comer barato (no suelo gastar más de 12-15 euros cuando como fuera, si gasto más ya me parece caro, así de ratatouille soy), me gusta apostar sobre seguro; y para ello no encuentro mejor referencia que las reviews de la gente en Google. Para mí, las Google Reviews son como el Almanaque Deportivo para Marty McFly, me dice de antemano lo que va a pasar.
Mi ansia de fotografiar y comentar todo lo que encuentro no se debe solo a mi deseo de ayudar al prójimo ofreciendo mi opinión más honesta, que también; sino igualmente a mi afición a escribir, escribir y escribir y seguir escribiendo non-stop (de esto ya he hablado largo y tendido aquí). Si no escribo sobre algo que haya visto, comido, vivido... es que como si no lo viviera del todo. Escribir es algo así como mi Instagram; si voy a un concierto no quiero hacerle un vídeo y compartirlo en redes, lo que quiero es ESCRIBIR SOBRE ELLO. Entiendo que vivimos en un mundo más visual, de impactos, que de largas prosas... pero a mí me encanta teclear y no puedo remediarlo. Así que vale, fundamentado mi ánimo reseñador en mi deseo de ayudar y mi amor por escribir, la pregunta que me hago es... ¿esto le vale a alguien de algo? Es decir, yo no entro a comer en ningún sitio si antes las Google Reviews no le dan su bendición (y en esto no vale solo mirar la puntuación media, hay otros muchos factores que contribuyen a este aprobado online), pero ¿y la gente? ¿Es obsesa de esto como yo o solo lo usan de pascuas a ramos? ¿Los que lo usan lo toman como palabra sagrada o miran las fotos y el menú del local y ya está sin pararse a leer las opiniones insignificantes de todos los reseñadores que en el mundo somos?
Antes de seguir, una aclaración, hablo mayormente de sitios de comer (bares, restaurantes y titiriteros que te cocinan mientras tocan la trompeta subidos a una tramoya) porque esos son los sitios que yo frecuento... y sobre los que he decidido escribir mis reseñas en Google. Y es que hay otra web cuyas reseñas trabajo bastante, que es Booking.com, donde suelo dejar mis opiniones tras alojarme en cualquier hotel al que he llegado reservando con ellos (en este blog indican que bares, restaurantes y hoteles son, con mucha diferencia, los negocios que más Google Reviews acumulan). Lo cierto es que en Booking he tenido alguna experiencia negativa, muy negativa, a la hora de dejar opiniones debido a la respuesta de ciertas personas; y es por eso que en Google he preferido alejarme de ese ruido. Otro día nos metemos en el tema hoteles (y en la adaptación española de Hotel Hell con Kike Sarasola haciendo las veces (¡já!) de Gordon Ramsay). Así que vayamos al negocio: ¿las reviews de Google aportan, influyen, AYUDAN realmente a alguien? La primera respuesta sería: SÍ, Y MUCHO.
Los negocios están como locos por la música con las Google Reviews. Como bien dicen en este post, somos esclavitos de los likes y las estrellitas para medirlo casi todo en esta vida loca que llevamos, y para ello los negocios (algunos, no todos) se dedican a darse muchas estrellas a sí mismos y poner a parir a la competencia. Una forma rápida de distinguir reseñas fake y auténticas es ver el perfil del reseñador, si tiene menos de 5 reseñas y es una crítica extraordinariamente positiva del sitio y gustándose demasiado en detalles como el personal ("todas las personas que me atendieron fueron un encanto y puedo confirmar que mi madre es recibida siempre como si fuera un miembro de su familia") casi seguro que es falsa. Pero vamos, que sí, que a los negocios les interesan mucho las reviews que dejamos en Google (como Google lo sabe, les da unos consejos para que reciban buenas reseñas). En este otro post, aconsejan a los negocios contestar siempre a las reseñas, ya sean positivas o negativas, ya que esto demuestra preocupación por el cliente y expresa un deseo de mejora evidente. Eso sí, yo cada vez que veo una RESPUESTA ROBÓTICA a un comentario negativo ("nos tomamos muy en serio tu opinión para seguir mejorando"), sin contestar a nada específico de lo que se ha criticado, me dan ganas de ir al local Y QUEMARLO. ¡Con antorchas, theatrics a tope! En este post dan consejos a los negocios para responder a los clientes que han dejado una review (los consejos 4 y 5 me parecen ciertamente valiosos).
Pero lo cierto es que los "Local Guides" (ejem... así nos califica Google a los que dejamos reviews, soy un mero notario de la actualidad) son muy importantes... para los negocios, y parece que únicamente para ellos. Cuando busco la importancia o influencia de las Google Reviews en los clientes, en Pepito antes de ir a cenar a Bar Paqui, no encuentro casi nada. ¿Acaso no son importantes para los clientes? Si tanto las buscan, las ansían, las persiguen los negocios, será porque si muchas reseñas dicen que Bar Paqui es una mierda pinchá en un palo, pues Pepito no irá a cenar allí, ¿no? Entiendo que perseguir un buen historial de reseñas en Google no es por una mera cuestión estética, sino también práctica. Rebuscando un poquito más, con más ahínco, vamos que tú puedes, he dado con algo que responde a mi duda. Como bien dicen aquí, sí, las críticas en Google son importantes para los usuarios... pero solo a nivel básico y primario. Es decir, Pepito irá a Bar Paqui si ve 50 críticas y una puntuación media de 4,5 sobre 5. Pero si Pepito ve solo 3 reseñas de Bar Paqui y una puntuación media de 5 entenderá que, a pesar de que la puntuación es mayor que antes, son muy poquitos testimonios como para darle credibilidad a esas cinco estrellas (a lo mejor fueron a comer a Bar Paqui tres señores de Murcia que carecen de papilas gustativas porque se dañaron la lengua un día tomando un gazpacho falso de esos que toman ellos, ¡no podemos descartarlo!). Los usuarios (y potenciales clientes) se fían de las Google Reviews echándole un vistazo rápido al número de reseñas y puntuación media, nada de leer las largas peroratas y revisar las 23 fotografías que ha dejado el loco de turno (hola, soy Juan, qué tal estás). Bueno, con esto me vale.
Personalmente, todavía estoy aprendiendo a cómo dejar reseñas malas intentando no molestar o no perjudicar demasiado al negocio en cuestión... y es un proceso que me va a llevar más tiempo del que creía. En breve me extenderé un poquito más en esto: qué decir, qué no decir, cómo no disparar las trigger alarms de los negocios para que no te salten a la yugular en sus respuestas, etc. De momento, yo creo que este tocho letal es más que suficiente para que me denuncies. Nos vemos en Plaza de Castilla.
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