domingo, 11 de junio de 2023

Una confesión sobre mí

 Odio lo que he hecho buena parte de mi vida porque me creo mejor que los demás. En mis trabajos de NO LO MÍO, siempre me he considerado por encima del resto, como si yo operara en una especie de burbuja temporal en plan “esta mierda no es lo que realmente hago, a mí esta cochambre no me va a manchar, no forma parte de mí”… cuando la verdad es que lo he hecho tanto tiempo que no sé si aún podré pegar un volantazo (… y hacer una doble campana y a tomar por culo -este sería el outcome de esa acción en mi caso-). Siempre que he trabajado de NO LO MÍO (¿lo véis? Sigo usando eufemismos, como si no usar la palabra real lo distanciara de mí…) he sentido la necesidad, FUERTE NECESIDAD, de ducharme. Pero frotando ahí bien, como Ethan Hawke en Gattaca, cuando no quiere que le pillen. En esos trabajos siento la necesidad de que todo lo que ocurre en ellos me resbale, que ni me roce, como si yo llevara puesto un impermeable y los demás que comparten ese trabajo infecto conmigo llevaran paraguas rotos o, directamente, estuvieran a gusto con esas gotas de pura mierda mojándoles todo el día, todos los días. Yo no, yo soy… mejor.

Frota, Ethan, ¡frota hasta que te borres entero!

Pero la realidad es que ni soy mejor que ellos, ni consigo que la mierda no me toque, ni nada de nada. Simplemente, no acepto mi realidad. Hace tiempo leí un tweet que me persigue y no me puedo sacar de encima (“no es una mala racha, es tu vida”). Hay una serie que no me gustó nada, pero cuyo título me parece perfecto para describir cómo me siento en los trabajos de NO LO MÍO: Esta mierda me supera. En el caso de la chavalilla del cómic-turned-TV show ya ni me acuerdo de qué era, pero en el mío son los trabajos que odio, que odio con toda mi alma, y que son a los que he ido recurriendo cada vez que necesitaba dinero. No soporto lo poco que puedo poner de mí en ellos, no soporto lo poco que tengo que ver con mis compañeros (ah… ¿que en este foro no puedo hablar de la nueva de Jessica Chastain?), no soporto la sensación de fracaso vital (no solo profesional), pérdida de tiempo y aburrimiento letal que me inunda cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día que he gastado en ellos. Los odio a muerte. No puedo no odiarlos. No sé cómo fingir que “es solo un trabajo”.

Pero no me sale otra cosa.


All by myself…

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