lunes, 30 de enero de 2023

No matarás al vecino (en serio, Juan, contente)

(hace poco hablé de la carrera de Tom Hanks con Mat en SCANNERS y qué menos que usar su peli "vecinal" para este post en el que intento frenar mis ganas de rebanarle el pescuezo a mis vecinos)

Una de las cosas que más me inquietan en la vida es saber qué vecinos me tocarán en mi próximo piso (que deberé encontrar en NANOSEGUNDOS porque así lo hemos decidido en sociedad). No digo que también me inquiete saber quién será mi próximo portero porque, a Dios pongo por testigo ("oiga, que yo no quiero testificar ahí de nada, estaba a mi Creación, a mis cosas..."), que no volveré a vivir en un piso con portero. Y menos con uno tan sospechoso como este, que parece que lo ha dejado ahí puesto el Ayuntamiento; yo a veces bromeo con Loida que este tío es parte del edificio, está formado de yeso y cemento, se integra en sus paredes por las noches, se mueve por los conductos del aire, es parte indisoluble de este bloque de hormigón y asco. ¡Señor, pero cierre al menos el visillo ese que se ve todo el salón de su casa, ahí con su mujer comiendo las lentejas! No, en serio, este tío nunca se queda en la portería, debe tener lo contrario a la agorafobia, es como el polo opuesto de Sigourney Weaver en Copycat, este tío ODIA los espacios cerrados... pero monstruo, breaking news: es que eres PORTERO. And porteros will be in las PORTERÍAS. Yo solo le digo una cosa (... desde, eeemmm, este blog que nunca leerá): o te quedas en la portería o te quedas fuera junto al ficus, pero no te quedes en el salón de tu casa y entreabras el visillo para, desde el hule donde tienes la barra de pan, observar quién entra y quién sale... que te estás poniendo un poquito Anthony Perkins...

(en serio, Juan, esto no es sano, ¿cuánto tiempo le dedicas cada día en este señor?)

... Volvamos a los vecinos, esa moneda al aire. Qué pena no poder hacer un casting para elegirlos, o bien un estudio con cámaras ocultas (y sonómetro, muy importante el sonómetro) de los que ya viven arriba, abajo y a los lados para ver cómo está el patio... pero ante la ausencia de mediciones fiables, o un TripAdvisor de vecinos o algo (¡que lo inventen, esto sí es necesario y no el spork!), lo que nos queda es coger un rosario y rezar muy fuerte. Estos son mis ruegos cross my heart and hope to die: para empezar, estaría muy bien unos vecinos de arriba que no montaran un Jumanji cada semana, arrastrando muebles, corriendo los 100 metros valla, zapateando como en una junta general de bailaores flamencos... y, en caso de hacerlo, en caso de no poder aguantarse las ganas de MONTAR UN PUTO ESCÁNDALO EN NUESTRO TECHO CADA DOS POR TRES, que no sean tan maleducados de cerrarme la puerta en la cara la quinta vez que suba a hablar con ellos para que dejen de hacer ruido. Esto, for starters, sería fantástico. Pero seguimos para bingo.

Otra cosa de ensueño sería que los vecinos de al lado, en caso de enfrentar su salón al nuestro y separarlo tan solo por una endeble pared hecha de papel cebolla, se dedicaran a ver películas de explosiones con el volumen bajito. O que vieran otras películas que no fueran solo de explosiones. O que se metieran su pantalla plana por el culo. Una de estas opciones, la que quieran, free will! Y ya una cosa que sería para tirar cohetes sería que cuando llegaran del trabajo no se pusieran a hablar al teléfono como papagayos contándole su día a quién coño se lo cuenten a grito pelao... ¡Oiga, que el teléfono ya lleva el sonido al otro lado, es un invento mágico, no necesita de sus hipogritos huracanados!

Y, bueno, no sé, que nos toque gente educada. Ya está. Es shimple, que diría Mourinho. Gente que si le dices "es que hacéis un ruido que flipas, please chill" pues vayan y se corten un poco y te ayuden a eso de la convivencia. No, ahora en serio, ¿sabéis alguna forma guay, retorcida y puramente psicópata para putear a nuestros vecinos antes de irnos de aquí?

IT'S PAYBACK TIME.

No, no haremos nada.

O... ¿sí?

No, no debemos.

Pero, ¿y si...?

Que no, tío, olvídate.

¿Una tarántula en el buzón?

Operación compleja.

¿Pescado podrido en su puerta?

Te llegaría el olor también a ti, palurdo.

¿Ves? No se puede planear nada guay contigo.

¡Fui yo el que propuso lo de contratar a un actor que se hiciera pasar por policía para amenazarles con pasar la noche en el calabozo!

Has visto muchas películas.

Eso sí. ¿Has visto la de Harrison Ford y un perro?

No. ¿Mola?

Está guay.

Gracias, amigo.

No, gracias a ti.

martes, 24 de enero de 2023

¿Cuál es la oficina buena?


Durante años mantuve casi el mantra personal de que The Office, la buena de verdad, era la inglesa. Que sí, que la americana muy bien, pero que la calidad de la original... buah, aquello era una cosa imposible de igualar. Pero luego ocurrió una cosa, y es que pude ver por fin del tirón todos los episodios de la versión americana. Y claro, hay consecuencias. Para empezar, mi mantra ha desaparecido. No me mojo. Ahora, cuando me preguntan (cosa que no hace nadie) solo puedo decir que las dos son muy buenas. Una es más cínica y original, la otra es más achuchable y redonda. Una es capturar el rayo en la botella, la otra es el rayo es sucesivos tetra-bricks, durante años. En fin, que es bueno amar las dos versiones, para qué ponerle puertas al mar. Es más, yo abriría una tercera vía: también está muy bien, y es hasta necesario, rendirle culto a Office Space, una película que ya anticipó que en los trabajos de oficina se reúnen todas, o buena parte de, las miserias de la raza humana.

lunes, 16 de enero de 2023

30 días para mudarte: El inquilino desnudito y sin derechos

Pensando en la mudanza que tendré que hacer sí o sí en cuestión de unos meses, he llegado a una conclusión: 30 días son muy pocos para todo lo que tiene que hacer el inquilino (en este caso el inquilino soy yo; un señor talludito que no es estudiante y que no quiere un piso "para unos meses" sino para un año como mínimo... no me refiero a este inquilino). A ver, no es que no dé tiempo a avisar al casero, buscar otro piso y hacer una mudanza. Esto, en cuatro semanas, aunque sea con trabajos y otras movidas de la vida, da tiempo. Lo que pretendo decir, y no estoy diciendo, es que contar con solo 30 días para elegir tu nueva casa es un periodo MISERABLE para elegir bien; todo lo que puedes hacer es el petate y rezar porque el sitio que pilles te salga bueno. ¿Qué propongo yo? Pues muy sencillo, darle al inquilino más tiempo para decidir debidamente.

Imaginemos que mi contrato de un año en mi actual piso vence el 1 de abril. Vale, pues según la ley, le tengo que decir a mi casero el 1 de marzo que me piro, vampiro (la ley exige que se indique "vampiro" al final). Pero hete aquí (E.T. here) que si me pongo a buscar piso desde el día 4 de marzo, por ejemplo, y encuentro un pisazo brutal el 6 de marzo... ¿sabéis qué me va a decir el casero del nuevo pisazo brutal? QUE ENTRE YA AL PISO PORQUE ESTAMOS A PRINCIPIO DE MES Y NO PUEDE TENER EL PISO VACÍO UN MES. Pero amigo, soy totalmente de fiar y tengo nóminas y me hago el estudio genético que seguro necesitas... Que no, que no me puede "guardar" el piso, que tiene a 60 señores dispuestos a entrar esa misma tarde. ¿Es entendible la postura del casero del nuevo pisazo brutal? Yo creo que sí, si puede cobrar el alquiler de ese mismo mes, ¿por qué va a dejar de cobrarlo, tan solo por mi cara bonita?

Así pues, estamos a 6 de marzo, he encontrado un nuevo pisazo brutal... y tengo que renunciar a él porque no voy a pagar un mes de alquiler en un piso en el que no voy a vivir hasta dentro de un mes. ¿Sabéis cuántos caseros de pisos aplican la política de "no te lo puedo guardar un mes porque lo puedo llenar esta misma noche"? El 99% de los caseros. Lo que sí puede hacer un casero es guardarte el piso 3 o 4 días. Si veo el piso el martes 28 de marzo y me mola, y yo le molo al casero, y mis 3.000 referencias, informes policiales y lecturas del tarot le molan al casero, pues lo lógico es que me guarde el piso hasta el 1 de abril. Si el casero me dijera: "Tienes que empezar el contrato de alquiler desde mañana mismo, miércoles 29 de marzo porque no puedo perder ni dos días de alquiler" pues tu casero sería un psicópata de tomo y lomo. Ya te está dando pistas ahí de que la lavadora no te la va a arreglar, parece.

Vale, entonces estamos en que, para no perder pasta pagando dos alquileres simultáneos, lo más razonable parece ser empezar a buscar sobre el 15-20 de marzo (bueno, el 15 no, que el casero te saldrá con que ese medio mes que queda hay que pagarlo si quieres el piso). ¿Sabes el frenesí que es, más que amor frenesí, cuando tienes 10 días para encontrar piso, mudarte, dar de baja contratos y patatín y patatán? Un infierno emocional. Así que, volviendo a la última frase de mi primer párrafo: ¿Qué propongo yo? Pues muy sencillo, darle al inquilino más tiempo para decidir debidamente. ¿No estaría guay, para los inquilinos del mundo (o, al menos, los de Madrid) contar con, por ejemplo, 60 días para organizarte tu nueva vida?

Poner en marcha, el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad, el Docamar de Quintana o la Sociedad de la Petanca de Moratalaz, quien sea, una ley que permita a los inquilinos contar con un periodo de tiempo razonable para encontrar una nueva vivienda. Porque el tiempo con el que contamos, 10-15 días en realidad, es una cosa lamentable y que debe atentar contra algún derecho, no sé cuál porque yo de leyes solo lo que veo en The Good Fight y ahí hay casos muy locos. ¿Por qué es ciencia-ficción que si voy a dejar mi piso el 1 abril no le puede anunciar hoy mismo a mi casero que ya puede ir buscando reemplazo para tal fecha mientras yo me busco otro piso por mi cuenta? ¡Ambos ganamos! Mi casero cuenta con tiempo de sobra para escrutar a todos los candidatos a nuevos inquilinos y yo contaría con tiempo de sobra para ver todos los pisos que me dé la gana y saber que, si lo encuentro mañana mismo, no tengo por qué mudarme a la carrera; todo lo contrario, puedo relajarme y hasta celebrarlo sabiendo que en unos meses tengo nuevo piso guardadito.

Para esto, claro, habría que hacer entender a los caseros que "este señor que dice que viene en dos meses aquí, realmente va a venir aquí en dos meses" (¡la ley que propongo me obligaría a palmar el dinero de la reserva si finalmente me rajo!"). Habría que implementar nuevos filtros en webs como Idealista o... sinceramente, en Idealista (porque fotocasa y las otras tienen un diseño que es como para pegarte un tiro), como "piso disponible desde" (para caseros que desean encontrar inquilino con tiempo) o "busco piso a partir de" (para inquilinos que desean asegurarse un piso sin agobios). Medidas como prorrogar el tope al precio del alquiler están muy bien, pero a mí lo que me urge es lo otro. De qué me sirve que no me puedan subir el precio del alquiler si no puedo mudarme a un piso que yo elija, sino a uno al que me vea exigido a irme. ¡No me van a subir el precio de cuchitril en varios meses, prohibido por ley, maravilloso, pero yo no quería vivir en El Cuchitril de Joe! Please send help*.

* no, en serio, si sabéis de alguna cosa parecida a la que planteo en el post, no dudéis en dejarme un comentario aquí o por Twitter (@jrdelrosal), ¡toda ayuda es bienvenida pérez!

lunes, 9 de enero de 2023

Rehén del principio de rehén

La película Hostage, una de 2005 con Bruce Willis de esforzado negociador (uno de estos de las pelis americanas que van super-cool a hablar con los secuestradores a ver si quieren un helicóptero o una pizza para relajar o qué), me pareció un poco plomiza cuando la vi hace ya más de 15 años... y me ha parecido plomiza, pero plomo duro, hace unos días cuando intenté volver a verla (palabra clave: "intenté"). En cualquier caso, sus títulos de crédito me parecen fabulosos. Tienen un rollito Sin City muy claro, pero al César what belongs to the Caesar: son la leche. Aplausos para su creador, Laurent Brett. Os dejo debajo el inicio de Secuestro (que es como se llamó en España la peli), y este link a una web muy guay donde analizan opening credits.

lunes, 2 de enero de 2023

Mis 10 propósitos (reales, really) para 2023

Este año sí que sí, este año me voy a proponer cosas que pueda cumplir y que no deseche (¡como aquellas cámaras de plastiquete y cartón que revelabas y a la basura!) a los pocos meses. He aquí mi lista de propósitos personales, terrenales, a pie de calle, para 2023:

1/ Comprarme otras zapatillas de andar por casa porque las que tengo acumulan tal cantidad de mierda que es como si llevara dos suelas de detritus bajo mis pies. ¿Cuándo aparecerá un topillo de entre la mugre para quitarse el bombín y decirme "¡buenos días!" (en mi fantasía-pesadilla, los topos llevan bombín)? En serio, no son tan caras.

2/ A lo mejor sería bueno dejar de ponerte la bata de Loida para andar por casa, o esa sudadera asquerosa-so mamona que ya tiene sus heridas de guerra. No es tanto comprarme ropa como averiguar cuál es la "ropa para estar por casa que no es pijama pero tampoco es para salir". No, en serio, ¿cómo se llama la ropa "nadie te va a ver, pero eso no es excusa para ir como un pordiosero"? Esa es la que necesito. Y, una vez la tenga, ponérmela. Como si fuera a salir, pero sabiendo que no vas a salir ni al rellano a dejar la basura para que la recoja el cenutrio del portero.

3/ Odiar menos a mi portero (no puedo prometer nada)

4/ Dejar de tuitear tanto. A fin de cuentas, nadie te lee. Como dijo Steve Zahn en Tienes un e-m@il, para mí internet es tan solo una forma más de ser ignorado. Aunque, según esta lógica, ¿no debería también dejar de escribir posts y newsletters?

5/ No hacerme preguntas que no quiera contestar (¡controla tu discurso, muchacho!)

6/ Esforzarme un poquito más en el gimnasio. Sí, a ver, me apunté a uno estupendo porque me estaba destrozando el pie izquierdo (muchos años corriendo con una pisada loca, pronadora e inhumana) y la verdad es que me he creado el hábito de ir... pero a este hábito le he añadido otro: el de ir solo a cumplir el expediente. Veinte minutitos dando pedales aquí, diez minutitos de remo allá, otros diez en maracuyá y adiós buenas tardes. Esto es muy mío, hacer lo mínimo, lo justito para el cinco. ¿No sería mejor sudar la camiseta, literalmente?

7/ Sumando las "resolutions" 2 y 6, podemos observar cómo las arañas de mi comportamiento están tejiendo un patrón evidente: nunca me esfuerzo en las cosas que no me importan. Sería interesante, aunque solo fuera como experimento, ver qué resultados obtengo esforzándome, poniendo empeño e interés, en todo aquello que no me importa una mierda (no voy al gimnasio a estar mazao, precisamente, únicamente voy para no tener un desnudo muy feo... debo ponerle algún contrapeso a las cantidades industriales de comida que ingiero).

8/ Comer como una persona racional. No puede ser que te comas cuatro donuts fondant de una sentada. A ver, sí puede ser porque HA SIDO, pero el sentido común nos indica que estos excesos no están bien. Tampoco diría que están "mal" (ese chocholate fondant, qué gozoso, qué soberbio), pero estos despliegues de estómago, estas demostraciones de que un demonio del hambre preside mi vida, no son necesarias. Debo prescindir de ellas. Así pues, encontrar un equilibrio en las cosas, cantidades y frecuencias (con las) que como sería, sin duda, un aporte muy bienvenido en mi vida. El equilibrio, en general, el ordem e progresso, sería un fichajazo en mi vida.

9/ No mudarme más veces. Este va a ser imposible de cumplir ante los zapateados, fallas de Valencia y traslados de muebles que hacen los vecinos de arriba semana sí, semana también. Debemos escapar del ruido como Ray Liotta debía escapar de Absolom. Nos tocará mudanza. Así que, no sé, podemos transformar este propósito en "elige tu nuevo piso con más tino".

10/ Si acabas trabajando de lo que no quieres trabajar porque no te sale trabajo de lo que quieres trabajar ahí va un consejo, chico: AGUANTA. No puede ser que hagas tantas pruebas, cursos de formación y entrevistas. Hay un límite para el ser humano. Y lo has alcanzado. ¿Odias lo que vas a hacer? Ok, pero como le dijo Rachel a Chandler en una cena de acción de gracias con respecto al canal de deportes: "Tú déjatelo puesto, de fondo, solo para que te llegue algo". Deja tu trabajo odioso de fondo, por probar.

Hay más cosas que me gustaría que pasaran este año, pero quizá de forma mágica, por osmosis, sin ningún tipo de voluntad por mi parte, así que supongo que esto sería como mi carta a los Reyes: Por ejemplo, estaría muy bien terminar los libros que empiezo. Está bien lo de picotear entre una lectura y otra, ese zapping literario que te permite cambiar de tramas y personajes dependiendo del viento que te dé ese día, pero el que mucho aprieta, poco abarca. Imagínate que por fin has triunfado en la vida y te hacen una entrevista y te preguntan por el último libro que has leído, ¡no podrías contestar "un cachito de este, una miajita del otro"! ¡La sociedad no está preparada! (aunque confieso que lo de leer solo primeros capítulos estaba bastante guay).

Otra cosa molt bona sería no ser mecido como una hoja ante los embates del destino o, en cristiano, no dejar que mi ánimo dependa de las cosas que no puedo controlar. Por ejemplo: "¡Oh, no, qué mal día he tenido hoy en el trabajo que no me gusta, mi vida es miserable!"... bueno, a ver, muchacho, en tu vida hay cosas guays como... eeeeemmm... sí, hombre, esa cosa de... vaya, esto está resultando más complicado de--- ah, sí, ya sé, estás viendo Bosch en Prime Video como si no hubiera un mañana, ¿acaso no es guay cenar calentito, en un sofá cómodo y poder pasar una y hasta dos horas del tirón viendo una serie que te gusta? Sí, sí, muy guay. A ver, el truco es buscar razones un poco más de peso para reafirmarme en la idea de que mi vida no es buena o mala por cómo me vaya un día, una semana o un mes en concreto; y la verdad es que sí las tengo pero me da vergüenza reconocerlas porque eso sería explorar demasiado mi corazón y no somos cirujanos cardiovasculares, are we?

"Ah, pues si no nos cuentas las cositas, ¿para qué venimos a este blog?". Oiga, no sé, a lo mejor un propósito de año nuevo para usted debería ser no meterse en blogs que no dan lo que prometen. How about that?

11/ Dar lo que promete este blog (era por poner un final divertido, en realidad jamás prometí nada, ¡nunca ocurrió y no puedes demostrarlo!)

Doctor Sleep no quiere que durmamos

He vuelto a ver Doctor Sleep , la película de 2019 que hace un doble combo desconocido hasta entonces, corregidme si me equivoco: es secuel...