jueves, 21 de diciembre de 2017

Mis 5 posts turbo-bestias de 2017

"Mi blog", qué bonito decir esto en 2017. Ya sé que ahora los blogs se llaman "hilos de Twitter", pero antiguamente se llamaban blogs, antes todo esto era campo. En fin, que para celebrar estas fechas tan entrañables (Feliz Navidad y próspero año nuevo, by the way) quería dejaros con mi Top 5 de posts de este blog. Los he llamado "posts turbo-bestias" en homenaje al aeropatín malote-aeropatín dark que aparece en Regreso al Futuro II (soy absolutamente skeletor). Son estos:



Lo de mi amor/obsesión por escribir: Origins: No siempre amé escribir. Hubo una época en la que tan solo usaba jeroglíficos. Y fui emparedado en piedra esperando una resurrección vengativa. Soy Arnold Vosloo.

¿Trabajar para Gordon Gekko? No, gracias: Una vez fui a una entrevista que me provocó una fuerte sensación de vómito (como la segunda parte de Wall Street...).

No puedo no comprar libros: Necesito una maleta que tenga exactamente las mismas propiedades que el bolso de Kim Bassinger en Mi novia es una extraterrestre, es decir, que sea capaz de albergar cualquier cosa que metas dentro: lo mismo un pintalabios que una olla exprés que un apartamento de Marina D'Or, ¡me vendría de perlas para meter los lotes de libros que me compro en cada viaje!

Hacer buenas críticas cinematográficas es fácil si sabes cómo (y yo no sé cómo): De cómo me quejo de que no sé escribir tan bien como gente que sí sabe escribir muy bien (para seguir el juego de mencionar un actor y/o peli en cada epígrafe diré que... estoooo... ¿me encantó Miss Sloane y creo que le escribieron muy buenos diálogos?).

Salgo a correr con miedo: ¿Alguna vez has sido perseguido por una gaviota que se lanza hacia ti como una maldita kamikaze, capaz de dar su vida con tal de alcanzar EL IMPACTO? Te diré algo: no es agradable. En la última de Spider-Man hay un momento en el que el chaval tiene que apartar con el pie a un par de palomas del alféizar de una ventana y NO HE SUFRIDO TANTA TENSIÓN EN MI VIDA...

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Mis 5 series favoritas de 2017

Este año he disfrutado muchas series, ahí está ese finalazo de The Leftovers (se acabó ya la matraca de que Lindelof no sabe rematar series) o la estupenda para poner de fondo Legends of Tomorrow (con una Sarah Lotz muy a recuperar en The Pact), pero hoy quería recomendaros las cinco que más me han hecho vibrar en mi butaca en 2017 (en serio, hay veces que mi casa se movía como un cine 4D). Curiosamente, ninguna estaba en mi lista de series más esperadas cuando empezó el año… ¡Vamos allá!:

1/ Viceprincipals: Al piloto con breve cameo de Bill Murray no acabé de pillarle el punto… pero desde el segundo episodio me enamoré de ella. Una serie rara, incómoda y tronchante. Además, rodada con una clase que a veces parece un buen thriller de Hollywood (porque esta serie con dos subdirectores de instituto que se compinchan para sabotear a la nueva directora ofrece numerosos momentos de tensión). Viceprincipals me ha permitido reconciliarme con Danny McBride, y le deseo un feliz reboot de la franquicia Halloween (aunque me sepa mal que hayan borrado de la existencia a Josh Hartnett).

2/ Doctora Foster: Esta historia de una doctora inglesa que descubre que su marido le está siendo infiel es tan loca como maravillosa, imaginad Melrose Place vestida de drama elegante de la BBC. La actriz protagonista, Suranne Jones, es un vendaval y te obliga a que estés a muerte con la Doctora Foster en todas sus delirantes decisiones (que son unas cuantas). La primera temporada es buena pero ahí todavía intentan ir de serios, en la segunda es cuando se sueltan el pelo de verdad. Recomendadísima. Os la podéis ver entera en dos tardes.

3/ Liar: Thriller psicológico escrito por dos guionistas nominados al BAFTA y a los Globos de Oro (les deberían retirar las nominaciones automáticamente solo por ese final, os reto a verlo y discutírmelo). Una mujer (Joanna Froggatt, de Downton Abbey) pasa la noche con un tío así como muy resuelto (el que se estiraba mucho en Los 4 Fantásticos) y a la mañana siguiente le acusa de violación. Momentos de hiperventilación garantizados y enganche máximo asegurado. Además, sale Edimburgo y como hace poco estuve pues tiene ese plus de “¡Anda, ahí he estado yo!” (sé que a vosotros esto es da igual pero yo os cuento mis cosas).

4/ The Sinner: La serie donde Jessica Biel "debuta" como actriz, tras tantos años de papeles insulsos que no le permitían hacer gran cosa en cine. Bill Pullman también está top y a la serie le podéis encontrar paralelismos con la también notable The Night Of.

5/ Master of None: Solo por los dos primeros episodios de la segunda temporada, que transcurren en Italia, ya merecería la pena, pero toda ella es disfrutable. Soy muy fan de Aziz Ansari desde Parks and Rec (que algún día veré entera) y esta serie demuestra que además de talento cómico le tiene muy bien tomado el pulso a los treintañeros de hoy en día, que no sabemos si estamos más p’allá que p’acá (si queréis más de Aziz, haceos con su libro Modern Romance, del que adapta casi literalmente capítulos enteros para la serie).

martes, 12 de diciembre de 2017

El harapiento de Zúrich


El harapiento de Zúrich nació hace ya muchos años en unas vacaciones de navidad.  No es que Loida y yo creáramos a este ser de ficción, sino que fue él quien se imaginó a sí mismo y vino a nosotros en un dulce sueño. El harapiento de Zúrich nace a partir de los guantes "de invierno" que me llevé a la ciudad suiza. Loida los llamó "tus guantes de harapiento” desde el primer día (por cierto, quise ir a Zúrich tan solo porque vi una peli de Unax Ugalde y la ciudad parecía muy bonita, estas son mis razones para hacer las cosas). Pero a ver, precisemos, no es que sean “guantes de harapiento”, es solo  que...


... estaban un poco sucios. Y un poco rotos, con algún hilillo deshilachado. Y el look en general de los guantes, con los dedos al fresco y una especie de capucha para cubrirlos cuando el frío aprieta, es el de esos pobres tipos que para calentarse en la calle prenden unos papeles dentro de un cubo, cerca del carrito de la compra donde tienen sus pertenencias. Nada más lejos de mi intención que reírme del aspecto o la situación de nadie, tan solo se da la circunstancia de que LES COPIÉ EL ASPECTO. Copycat, con Sigourney Weaver.


Os confesaré algo: me compré los guantes porque se los vi a Pacey Witter (Joshua Jackson) en la tercera temporada de Dawson Crece, cuando tenia que cuidar del niño de Jerry Maguire. Eso de tener los dedos descubiertos cuando necesitas, por ejemplo, sortear monedas en el monedero, y tenerlos tapados cuando no necesitas usarlos, me pareció la idea definitiva, EL GUANTE PARA ACABAR CON TODOS LOS GUANTES.

Es verdad que luego no son tan prácticos como parece, enganchar la capuchita en los botones cuando quieres el descapotable abierto tiene su aquel, pero sigo enamorado de mis guantes. Son chulos, son harapientos, son los para la Y lo más curioso es que tienen éxito all around the world. Tras haberse reído Loida de ellos durante años, mis guantes de harapiento se están reivindicando en mis últimos viajes: en un museo de Múnich uno de los guardas de seguridad se me acercó para preguntarme donde los había comprado porque nunca había visto cosa igual (eso es porque no viste Dawson Crece, toda tu vida en los museos y claro... TE PIERDES EL ARTE DE VERDAD), y hace poco en Valencia un matrimonio se detuvo en plena calle para averiguar su mágica procedencia puesto que “nuestra hija está buscando unos igual y no los encuentro en ninguna parte” (no he añadido una sola coma... es una frase sin comas, de hecho). Les dije la verdad, que no recordaba donde los había comprado, pero que era la mejor compra de mi vida. Son lo único que tengo. LO SON TODO.


Ojalá algún día nos sentemos Loida y yo alrededor de una hoguera (o de un cubo de latón con papel ardiendo dentro) para idear las canciones del harapiento. Porque El harapiento de Zúrich debería ser un musical y triunfar en Gran Vía, Broadway y el West End (siempre le digo a Loida que se hacen musicales de las cosas más estúpidas y los humanos las abrazamos con efusividad cegadora, sin reparar en su ridiculez: Cats son SEÑORES DISFRAZADOS DE GATOS CANTANDO). La historia que se nos ocurrió en Zúrich es la de un tipo que lo tenía todo y que fue defenestrado a los bajos fondos de la sociedad, desde donde lideró una revolución social que dinamitó los muros entre pobres y ricos. 


El harapiento tan solo necesita enfundarse su guante para instaurar terror entre las clases bienpudientes, y con un solo movimiento de su guante es capaz de dirigir a todos los harapientos, morlocks y chusma en general que sobrevive como puede en la frías calles de Zúrich. Si alguna vez se adapta al cine, ya tenemos pensado el póster para la segunda parte (que le hemos robado a Los Cazafantasmas):


Y la frase promocional podría ser “Fear the glove” (que seria una tagline excelente para un reboot de Freddy, las cosas como son).

Larga vida al Harapiento de Zúrich.




viernes, 8 de diciembre de 2017

Arnold Schwarzenegger, te brindo una resurrección laboral

Hace ya unos cuantos tweets (ahora el tiempo se mide así), Trump puso a parir a Obama por unas supuestas escuchas ilegales que este habría realizado de su base de operaciones en la Trump Tower antes de proclamarse presidente; y la prensa y redes sociales se volvieron locas con esto… cuando deberían haber enloquecido por la otra persona a la que Trump puso a parir en Twitter apenas media hora después, Arnold Schwarzenegger. Trump dijo que el programa The Apprentice ya no es lo que era desde que el jefazo del show es Schwarzie y no él. Y que la baja audiencia del programa desde su marcha le daba la razón (aquí tenéis la intro de la primera temporada, con Trump vendiendo la moto de categoría).

Olvidando el preocupante hecho (y esto es lo realmente preocupante del mandato de Trump) de que Donald Trump tiene más tirón televisivo que Terminator, centrémonos en la carrera del actor de origen austriaco. ¿Qué leches ha pasado para que su estrella se haya apagado de esta manera? 
A mí Terminator Genesys me parece divertidísima, la más rewatchable de la serie tras la segunda con mucha diferencia, pero no la vio ni Perry por lo que la franquicia quedará aparcada (que no muerta) durante un tiempito. Pero no preocuparse, que ya me he puesto yo a pensarle a Arnie unas cuantas propuestas chulas para revitalizar su cuerpo, mente y carrera:

1/ Eraser 2 (tagline: He will erase you. And everybody else.): John Kruger vuelve al ruedo para proteger a otro testigo que sabe cosas muy importantes sobre alguna cosa muy importante y podría ser asesinado por ello. En este caso cambiamos a Vanessa Williams por Seth Rogen. Yep, you heard that right. La primera Eraser tenía un puntito cómico muy disfrutable, así que el Chuache “cuidando” de un irresponsable Rogen podría tener su aquel. La trama puede ser la típica, Rogen es un genio de la informática al que varias corporaciones quieren asesinar porque ha desclasificado las listas secretas de los cuerpos de seguridad mundiales y blablablá. El concepto es este: Seth Rogen. Arnold Schwarzenegger. Pegando tiros. Soltando chistes. SOLD.

Importantísimo para el éxito: Hay que repetir el enfrentamiento entre Schwarzenegger y un cocodrilo (y el mítico one-liner cuando se lo carga: “Ahora eres un bolso”). Quizá cambiar al alligator por un koala alterado, quizá por un mono loco (“… Get back to the Planet of the Apes, BAM!”).

2/ High School Cop (tagline: Day 1: Math. Day 2: Death): John Kimble decide infiltrarse otra vez en el sistema educativo para desarmar no sé qué trama de contrabando de drogas or whatever, pero ahora no se mete a Poli de guardería, sino a Poli de instituto. ¡Mano dura con esos adolescentes y sus hormonas, Arnold! Lógicamente, hay que meter trama amorosilla con otra profesora, yo veo aquí una opción muy buena para que Elisabeth Shue se lleve un cheque fácil. Elisabeth, ¿dónde andas?

Importantísimo para el éxito: La mítica frase del chaval de “los niños tienen pene, las niñas tienen vagina” va a ser difícil de igualar, pero podemos intentarlo. O, directamente, contratar al niño (que hoy será padre de familia) para que le tape la boca a uno de sus hijos cuando esté a punto de repetir la frase. Es tonto, and dumb works.

3/ Truer Lies (Mentiras Arriesgadas 2, tagline: El matrimonio fue movidito. Imaginad cómo será el divorcio): Arnold y Jamie Lee Curtis están en pleno proceso de divorcio (la vida de agentes secretos hace incompatible lo de ir a comer al chino del barrio el domingo) cuando descubren que oh, no, su hija ya crecidita Eliza Dushku y el novio de esta (¿Jai Courtney?) son también agentes secretos. Es una mezcla de Spy Kids, La Guerra de los Rose y todo lo que queráis echarle al potaje. Yo lo veo.

Importantísimo para el éxito: Es necesario un nuevo striptease. Para darle la vuelta a la tortilla, esta vez debería hacérselo un tío a Elisa Dushku (aunque sabe Dios que yo preferiría que fuera a la inversa…).

4/ End of Days: Apocalypse (tagline: On the eight day, God created Arnold): Siempre he sentido un cariñito muy especial por esta olvidada cinta de acción de 1999 (¡¡¡a los nueves les das la vuelta y forman el número de la Bestia!!!) en la que Schwarzenegger se enfrenta al mismísimo diablo en un mano a mano épico-celestial. Tiene frases tan míticas como la que le suelta Arnie a un cura “entre su fe y mi glock del 45, me quedo con mi glock del 45” o el propio nombre de Arnie en el film: Jericho Cane. Toma ya. La secuela iría del Diablo (Gabriel Byrne, que lo hizo con mucho entusiasmo) reclutando a un ejército de belcebús para, esta vez sí, traer al anticristo a la Tierra y acabar con esta pantomima llamada humanidad. Yo soy Team Diablo.

Importantísimo para el éxito: El Diablo debe, de nuevo, mear en la calle y prenderle fuego a su meada para demostrar que es el que corta el bacalao. Propongo que primero mee como una cabra montesa para luego mutar en Gabriel Byrne (para demostrar lo que han avanzado los FX, el pis sigue igual).

jueves, 7 de diciembre de 2017

La vejentud era esto

Esta noche tengo que aplicarme una pomada, echarme un spray y ponerme un aparato en la boca para mi bruxismo (la mantita de chicles masticados se quedó en proyecto...). Hoy, después del desayuno, me tomé un pastillita. Y esta mañana, en movimiento absolutamente viejo, me resbalé al salir de la ducha. Fue el trompazo de todos los tiempos; el de una masa vieja, ya caduca, (de)cayendo.

La vejentud, que es como se dice a vejez en Cuba, El Salvador y Uruguay (y parece que también en Moratalaz), era esto. La vejentud no era que te llamen señor unos niños en la calle, no era que todo lo que te ha gustado en tu presente, en tu current timeline, sea de repente nostalgia. La vejentud es reservar en cada viaje que haces un hueco de la maleta para tus pastillas. Ay...

Dolor.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Olor a mujer

Hoy me he subido a un avión. No por encima, he entrado dentro. Un chavalín que no llegaría a los 15 años se ha sentado en el asiento de la ventanilla (¿por qué no "ventanita"?, insisto) y ha exclamado nada más sentarse: "¡Qué asco, huele a mujer!". No supe ubicar este pensamiento, este sentir. ¡¿Qué clase de sentido arácnido le ha dicho a este muchacho que, en el vuelo anterior, el ocupante de su asiento era una mujer y qué clase de olor emanó esta que la identificó inequívocamente como una mujer?! ¿Qué hocico porta este teenager? ¿Qué special abilities esconde?

¿Sería que este chaval, en realidad, era Air Bud, el perro aquel que metía canastas?

sábado, 4 de noviembre de 2017

Mis podcasts favoritos de cine

Los podcasts son algo de consumo diario en mi vida, como el aire, el café o el orgullo (que me lo trago todos los días cuando voy a mi trabajo). Esto de andar siempre con algo en el oído puede deberse a que de pequeño veía siempre en casa a mi padre con el transistor encendido, generalmente con la Cadena SER sonando. Los podcasts son mi transistor, llevo con ellos yo diría que una década, si no más, y no puedo imaginar una larga caminata o trayecto en transporte público sin ellos. Tampoco una fregada de cacharros o tendido de ropa, repito: son casi como el aire (con la única diferencia de que si me faltan no moriría de asfixia). Voy a contaros los que más me gustan:

Slashfilm Podcast: Una maravilla si os gusta el cine. Aquí comentan noticias y critican películas recién estrenadas. Los tres hosts son grandes, sus discusiones son elocuentes, animadas e inteligentes. Además, se escucha de lujo. Me encanta. Es mi podcast favorito. Además, sigo al creador y responsable del mismo, David Chen, como un pequeño stalker desde hace años, le envidio y le admiro a partes iguales (si "igual" es envidiar en un 70%).

Now Playing Podcast: Otra delicia si os gusta el cine hasta niveles de frikismo importantes, como por ejemplo escuchar una discusión de más de dos horas sobre Antes del amanecer, Pesadilla en Elm Street IV o Batman V Superman. Si eres ese tipo de persona, que tras ver su blockbuster yanqui necesita su podcast sobre el mismo, no encontrarás un podcast mejor. Tiene un curro de edición (y de guión) brutal, la conversación fluye durante la hora y media o dos horas sin repetir argumentos o encallarse en conversaciones que no van a ningún lado, haciendo creer que lo han hecho todo on the fly. Son cracks. Mi host favorito es Stuart, una auténtica bestia por lo mucho que sabe de cine y lo bien que lo expone.

Scanners: Un descubrimiento relativamente reciente. Para mí, el mejor programa de cine que se puede escuchar en castellano, ya sea en programas de radio, en podcast o en radiotaxi. La estructura es sencilla (45-50 minutos con menciones de estrenos, críticas y comentarios de los oyentes) y ahí radica parte de su encanto; además del trabajazo que le pone su director, Miguel Ángel Tejero, y sus colaboradores. No voy a mentir, hay alguno que me pone un pelín nervioso, pero está cuajando poco a poco en un "love to hate", así que bien.

lunes, 18 de septiembre de 2017

Mi tarjeta de reo

En Dublín se produce un fenómeno curioso: el de la gente con tarjetas de sus trabajos colgadas del cuello. Yo también tengo una, pero no la llevo colgada del cuello. No quiero sentirme perro con cadena. En todo caso, quiero sentirme perro con capa. ¡Quiero ser Krypto, no Krypto encadenado trabajando para Darkseid! Ahora que lo pienso... una variación de Django Desencadenado pero con un perro absolutamente unleashed, un perro reemplazando a Keanu Reeves como nuevo John Wick, cabreado porque han matado a su dueño... yo este proyecto lo financiaría hoy mismo...

... pero volvamos al tema del post (me cuesta tanto centrarme en los temas que yo mismo propongo). Que la gente, qataríes, italianos, brasileños, irlandeses y españoles caminamos caminan por las calles de la ciudad con su tarjetita acreditativa al cuello en plan "trabajo para una corporación/he sido absorbido por una corporación". A ver, que la tarjeta tiene su utilidad, ¿eh? No la llevan "para fardar", es una tarjeta que te sueles colgar del cuello porque la necesitas para abrir cualquier puerta de tu empresa. Teniéndola al cuello nunca te la olvides y está siempre a mano. Por ejemplo, si sales a hacer caca, tarjetita y marcar tu clave personal en la puerta; si vuelves de la gran cacada, tarjetita y clave; si quieres ir a la cantina (cafetería de las corporaciones), tarjetita y clave; si quieres salir a los alrededores a que te de el fresco en la cara para evitar las ganas de vomitar, tarjetita y clave... básicamente, es como estar en una cárcel de máxima seguridad donde cada compuerta debe ser abierta con una llave especial.

La comparación de las puertas de mi trabajo con las de una cárcel no es gratuita, claro, pero ahora no quiero hablar de mis sentimientos.

Únicamente quería decir que llevando el cordel todo el día del cuello, incluso fuera de la oficina, parece como si la corporación para la que trabajas te poseyera. Y esa, amigos, es la posesión chunga de verdad. Sorry, Belcebú.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

King Kong con una buena canción

Los anuncios de la tele, salvo aquellos en los que sale Kristen Stewart, no me gustan demasiado. Tengo una capacidad maravillosa para absorber televisión, desde un programa de cocina de la hermana de Karlos Arguiño hasta una telecomedia protagonizada con un conejo de peluche que habla, pero hay algo que siempre se me ha resistido: la publicidad. Mi cuerpo los rechaza como el de los aliens de La Guerra de los Mundos los virus del planeta Tierra. Muy pocos captan mi atención, menos aún me gustan. Este me ha gustado, el del King Kong hinchable que persigue a una chica en su coche entre los rascacielos. Es de Volkswagen. Está muy bien, pero la clave es la canción: Livin' Thing, de la Electric Light Orchestra. Dejo anuncio y canción debajo.



sábado, 9 de septiembre de 2017

Further to my last post...

Decíamos ayer que Kristen Stewart era algo así como el pan de molde y la pólvora en un mismo (y atractivo) ser humano. Al menos para mí. Me encanta. De hija de Jodie Foster en Panic Room o de personal shopper en la película Personal Shopper que no sé si habrán visto muchos personal shoppers. ADORO, que dirían mis compañeros brasileños del trabajo. Pues bien, fue publicar aquí esa defensa de la actriz y ver a los pocos días un maravilloso anuncio de Kristen Stewart para una popular marca de colonias. Os dejo aquí abajo el spot. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que es el mejor paquete de imágenes en movimiento creado por el hombre:

miércoles, 30 de agosto de 2017

Las modas, los odios; Kristen Stewart


Lo de las cosas que se ponen de moda es complicado. Ahora está mal visto declararse fan de Denis Villeneuve o Christopher Nolan porque ya son mainstream; sin embargo, ahora está bien visto pronunciarse seguidor de Kristen Stewart porque ya no hace Crepúsculos sino cosas indies respetables. Yo la amé en todos sus productos comerciales, soportando aquellos ingeniosos comentarios sobre su pelo o "¡¿pero cómo va a ser más guapa que Charlize Theron?! ¡Subjetivamente creo que no y por lo tanto la película es ridícula!", así que me perdonaréis si me pongo una medallita y afirmo orgulloso que, además de una cara bonita, parece confirmarse que es actriz (aprovecho ahora que en breve hará alguna comercial y volverá la olita del odio buena).

Viene todo esto a cuenta del mazacote de comentarios negativos que ha tenido que soportar la muchacha, tanto de gente anónima como de gente a-sínima (gente que sí se identifica, que es no-nónima, o sea, que es a-SÍnima -estudiemos esta palabra, yo la veo fuerte y con ganas de quedarse-). Si a Marty McFly se le borraba el cuerpo de la foto porque estaba torciendo su futuro, a Kristen se le habrá abollado el careto del DNI de tantos palos de la crítica. Rescato aquí un trocito de un texto salvaje contra la chica. Me maravilla lo bien que está escrito, francamente. Si vas a rajar de una película o actriz, al menos cúrrate el texto (no puedo atribuir el autor porque leo tantas cosas y me cortapego tantas otras en documentos de Word que me es sencillamente imposible):

Stewart demonstrates that as an actress, she's a pretty interesting installation art, a sucking hole and a blank projector screen at the same time--the Edie Sedgwick of Poor Little Rich Girl and Beauty #2, who might have had something going on somewhere in there, but mostly just stood around looking pretty like, say, a soup can, or a banana. I confess that whatever wavelength Stewart's appeal operates on is a pitch I can't hear, though I have complete confidence that her pale, buck-toothed, gape-mouthed Culkin vapidity is doing what it's supposed to in Snow White and the Huntsman. I'd like to think that Stewart is an active participant in her exploitation as the world's palest Rorschach blot, but I suspect she doesn't know that she's the heroine in romance-novel cover art: Doomed to be replaced by the reader's face in her mind, held in some brawny embrace.

PD. ¿Soy yo o "la olita del odio" es un título guay para algo?

lunes, 28 de agosto de 2017

En defensa de Nuclear Man


Me flipa Nuclear Man. Me encantan sus uñas, su tinte, que te de cortocircuitos. Siempre he querido que continuaran su historia, que tuviera más rounds contra Superman, que lo resucitaran en los cómics. Pero el mundo conspira en mi contra. Claro que Superman IV fue un desvarío sideral, pero… ¿tanto cuesta reconocer que, oculto entre la maleza, se escondía un fantástico villano con un potencial tremendo?

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viernes, 25 de agosto de 2017

El diablo viste de Prada es un clásico moderno (y tengo argumentos)


Ayer volví a ver El diablo viste de Prada y el arco de disfrute de mi personaje (o sea, el mío) fue tal que así: “Me está gustando > Me está encantando > ¡Clásico moderno!”. El reparto, el guión, las canciones pop que pegaban en el momento… todo funciona como un reloj en esta “película facilona y agrada-públicos que llevamos haciendo en Hollywood desde hace 70 años y bien que te gusta, pájaro”. Estos son mis cinco argumentos para defenderla:

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viernes, 18 de agosto de 2017

Lo de mi amor/obsesión por escribir: Origins


El otro día picoteé un poco en correo ajeno y leí una postal que le mandaron a uno de mis vecinos. Debo aclarar algo: en nuestra casa no tenemos buzones, el cartero echa las cartas por la ranura de la puerta del portal y el primer vecino que se las encuentra en el suelo cuando entra/sale de casa, las recoge y las pone sobre el armarito de los contadores de la luz (o yo qué sé de qué son contadores, quizá sean contadores de felicidad y miden cuán exitosa es la vida de cada uno de nosotros –MI CONTADOR ESTÁ EN NEGATIVOOOOOO-). Pero volvamos al tema, hay vecinos que las dejan ahí apelotonadas de cualquier manera y hay otros que las ponen “bonitas”, como si fuera el escaparate de una tienda; o sea, que si le leí la postal al vecino es porque estaba ahí plantada, delante de mí, prácticamente pidiéndome que le leyera. Solo era una postal, delante de un chico, pidiéndole que la quisiera.

Debo aclarar otra cosa más: siempre he sentido un profundo respeto por el sistema de correos (está claro que no siento tanto respeto por la privacidad del sistema de correos). De pequeño me escribía cartas cada verano con mi amigo Estellés (su apellido era tan potente que quedó como su nombre); eran cartas semanales, había semanas que nos escribíamos hasta dos o tres cartas. Era tal nuestra afición postal que hasta llegamos a hacer un branding de nuestras propias cartas: la MEGA-Cart (ya sabíamos que “cart” no significaba “carta” pero nos hacía gracia) era una carta con al menos tres folios escritos por las dos caras. La SUPER-Cart tenía que alcanzar las 12 caras o algo así. No recuerdo los detalles exactos, tampoco todos los tipos de cartas. La RECORD-Cart era la carta más larga que nos hubiéramos escrito nunca, el número de caras iba aumentando cada verano. Creo que alguna RECORD-Cart llegó a superar las 100 caras… sí, eso son mas de 50 folios llenos de palabras.

¿Tanto teníamos que contarnos? Obviamente, no. Pero nos gustaba escribir y nos gustaba nuestro carteo. Así que con tal de llenar cuantos más folios mejor, se nos ocurrió una cosa: las secciones. Como si nuestras cartas fueran programas de variedades, incluíamos secciones de música, cine, pequeños relatos o lo que fuera. Recuerdo una mía muy lamentable llamada “el Freddy Rincón de Troncho DJ” en la que hablaba de… ¡música! Yo, que lo más arriesgado que he escuchado en mi vida es el dueto de Kylie Minogue y Robbie Williams. Recuerdo hablar de los Máquina Total y Bolero Mix y de si los megamixes estaban bien hechos. Ay, madre. Hubo un momento de locura carteril en la que llegamos a enviarnos fanzines junto con la carta. Es decir, en el sobre metíamos la carta propiamente dicha, los folios escritos a boli y doblados como Dios manda y; además, en formato más pequeñito, una cosa llamada la “EXTRA-Cart” o la “MINI-Cart” en la que no puedo recordar de que leches hablábamos pero… lo llenábamos. Éramos grandes de esto. El dinero que le dimos a Correos en los veranos de los 90 no se lo ha dado nadie en su vida.

No recuerdo momento más feliz en mis días de verano que aquellas tardes, después de comer, entre las 4 y las 6, cuando se acercaba el cartero y, tras abrir el portón verde del huerto de la casa de Ferreirola, arrojar al suelo de tierra el periódico IDEAL doblado (al que estaba suscrito mi padre, me alegro de que se siga publicando) y, casi siempre, una carta tochita de mi amigo Estellés. Venía todo esto a cuento de que si hay alguien que puede espiar disimuladamente las postales de los demás, ese soy yo. Ya, ya sé que no esté bien hacerlo… pero oiga, yo tengo un bagaje en esto de las cartas. Tú déjame que eche un vistacito a esta postal, que le de un repasito a ver, y luego ya me dices lo que quieras. Y, como descargo final, sabed que era un texto absolutamente inofensivo de un colega a uno de mis vecinos. La postal no era más que una foto de una pistola antigua, una Winchester, y una casa de fondo, con las siguientes palabras del amigo de mi vecino a mi vecino: “Haha, I’m in USA, you are not. Try not to cry too much”. Tal cual.

Es simpática. Y anda que no hace más ilusión una postal, una cosa que ha viajado desde Estados Unidos hasta Irlanda, una cosa que alguien ha elegido para ti, poniéndole su sellito y pensando un texto chorra, que un email/whatsapp cualquiera. Efectivamente, soy viejo como un árbol viejo.

PD. Buscando alguna foto para ilustrar este post, puse en Google "letter northern exposure". Doctor en Alaska (Northern Exposure) era una de las series favoritas de Estellés, y fue una serie a la que me aficioné gracias a él. Llevo años "queriendo" volver a verla entera y ahora tengo un nuevo incentivo, poder ver el episodio 4 de la temporada 6, en el que una Maggie O'Connell adolescente atormenta a la Maggie O'Connell adulta por las decisiones que ha tomado. El episodio se titula The Letter.

martes, 15 de agosto de 2017

Una historia de fantasmas


Ayer vi A Ghost Story y me pasaron tres cosas mientras la veía. Primero, sentí un sopor muy fuerte. Ese plano secuencia de Rooney Mara comiendo tarta durante tres minutos... uff, hay que tener la piel fílmica muy dura para aguantar ese chaparrón y no morir narcotizado. No tengo nada en contra de una película en la que una actriz tenga que lidiar con tartas (hola, Felicity), pero a lo mejor tendríamos que, no sé, hacer avanzar la acción y esas cosas. ¿Un personaje repitiendo lo mismo durante tres minutos? ¿Qué es esto, un GIF?

En segundo lugar, sentí un interés repentino. De repente, aquella película de efectos somníferos comenzó a ofrecer elementos de interés. La trama avanzaba algo, un poco. El director (el de la FABULOSA película del niño y su dragón-mascota), que hasta entonces se había empeñado en anclar su historia al suelo, había decidido que era el momento de lo de "imágenes en movimiento", quizá para evitar que sus productores le demandaran en un juzgado. En tercer y último lugar, no puedo ocultar que sentí cierta fascinación ante el final, del que ya se intuyen cosas desde el principio, pero que es bonito y chachi. No voy a mentir, A Ghost Story cae en los peores excesos de la película indie más indie que te puedas imaginar, es muy aburrida durante mucho tiempo... pero te recomiendo que la veas. El final, a lo mejor, te hace tilín.

Y eso es el cine, ¿no? Cualidades aparte de una película, si te hace tilín, te hace tilín, ¿no?

domingo, 6 de agosto de 2017

Psychosis

"Allí es donde pasa todo el tocomocho"

Ayer volví a ver Psicosis, que en inglés no se llama Psicosis sino Psicópata (Psycho). Por una vez, y sin que sirva de precedente (o sí, no sé, ¿por qué este latiguillo osa predecir el futuro?), tengo que aplaudir cómo tradujeron el título al español. ¿No es Psicópata un título un poco, cómo decirlo... revelador? "Ah, que va de un psicópata... ¡ya está, el loco ese del motel!". Ves entrar en escena a Norman Bates y ya te queda claro. Pero si la llamas Psicosis como que lo dejas un poco más en el aire...

Pero no venía a aquí a debatir la idoneidad del título de la peli, sino a contaros lo divertido que sería tener conocimientos de Photoshop (del paquete Office, yo solo el Word y el Bloc de notas) y diseñar carteles de películas con la traducción al inglés del título que le dimos en España a la peli. Me explico: 
  • Tiburón (Jaws en el original) sería Shark
  • Dos tontos muy tontos (Dumb and Dumber en el original) sería 2 Really Dumb Guys
  • La jungla de cristal (Die Hard en el original) sería Glass Jungle
  • La guerra de las galaxias (Star Wars en el original) sería War of the Galaxies
  • Cazafantasmas (Ghostbusters en el original) sería Ghosthunters
... Y así siguiendo. He encontrado un post muy chulo donde intentan explicar algunas de las razones por las que en España doblamos títulos con tanta alegría, pero no he encontrado nada de pósters con títulos españoles traducidos al inglés. Pero tiene que existir, ¿no? Como lo del Dinosaurio-vampiro...

jueves, 3 de agosto de 2017

Así que vas a venir a Dublín... ¡pues cuidado con esto!


¿Acabas de aterrizar en Dublín? ¿Vas a pasar unas-minivacaciones en esta ciudad famosa por su good craic (buen ambientillo, buen rollo)? Seguro que tienes ganas de patear Temple Bar, tomarte una buena pinta y, con un poco de suerte, ver a un leprachaun… pero antes de eso, quizá te convenga leer esta lista de dangers para el recién llegado. Esto es pintarte lo peor, lo que no sale en las guías de la Lonely Planet, para que no te pille desprevenido y puedas disfrutar de lo que verdaderamente merece la pena. Sin mas dilación, he aquí mis humildes recomendaciones/apuntes.

miércoles, 2 de agosto de 2017

A 47 metros: Mandy Moore contra los tiburones


A 47 metros tiene una premisa que no engaña a nadie: dos chicas en una jaula en el fondo del mar intentando sobrevivir a los tiburones, la falta de oxígeno y esa molesta sensación de cuando pisas una piedra con el canto muy afilado en la playa y te quieres morir del daño... pero sobre todo a lo del oxígeno y los tiburones. Además, la protagonista es Mandy Moore. ¡Y la estrenan en verano! ¿Se puede pedir más en la vida?

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lunes, 31 de julio de 2017

El futuro de la prensa


Hoy he visto en el Eason, una de mis tiendas favoritas de Dublín, una revista que me estaba llamando desde el estante. La que veis en la foto. He estado a punto de comprármela sólo por leer el reportaje de portada. ¿Las mejores 40 bandas sonoras pop? ¡Dímelas ya! ¡No sabía cuánto necesitaba este ranking en mi vida hasta que los vivos colores de la portada me han generado esta falsa necesidad de conocimiento inútil! Las bandas sonoras me pierden desde siempre. Cuando escribo en el portátil es prácticamente lo único que escucho (ahora está sonando la de Oblivion de Anthony Gonzalez de M83 y Joseph Trapanese, muy deudora de las de Zimmer para Inception y The Dark Knight con unos toquecillos Tron para darle picantito). Puedo identificar fácilmente a al menos seis o siete compositores de cine comercial americano. Ya, tampoco parecen tantos, pero son más que los que puede identificar el español medio.

El español medio es un señor que está ahí, a lo suyo, sin meterse con nadie, pero muy cansado de aguantar año tras año ser usado en todas las estadísticas de España. Pero un día, su furia estallará... resonará una voz en la noche, un hombre se alzará y dirá...

YO SOY EL ESPAÑOL MEDIO.

Pero a lo que íbamos, la revista. He hojeado con hache el resto de contenidos y bueno, que si David Bowie y nosequé etapa de su carrera, una historia del diseño de las portadas de los discos, algo de Cyndi Lauper... bah, mi interés real era uno solo, lo del ranking, Serían un total de ¿15 páginas? ¿18? Por ahí. He terminado dejando la revista en el estante porque valía más de 8 euros. Yep. Eso es lo que valen las revistas por aquí, como la mayoría vienen de UK y allí las venden a unas 5 libras por barba... tracatrá, a más de 8 euros la pieza. Claro, hay que pensárselo mucho. Yo antes era un descontrolado en la vida. Me refiero a comprar muchas revistas, no a consumir drogas. Ahora intento moderame (para desgracia de los accionistas de SciFiNow, SFX, Total Film, Empire, Entertainment Weekly, Starburst, Geeky Monkey...). No me la he llevado. Pero me he puesto a pensar... ¿y si vendieran suelto el reportaje que me interesa? 

Pagaría fácil un eurito, hasta dos, por ese contenido. ¿Y si despiezaran las revistas y vendieran los contenidos/artículos/columnas por separado? Igual que se compran las canciones sueltas y no es obligatorio llevarse el disco entero. En internet, en digital. EN EL FUTURO. O sea, EN AHORA. ¿Esto se hace ya? ¿Puedo comprarme del AS solo la columna de Santiago Segurola? ¿Es posible que de El País solo me lleve los textos de Elvira Lindo? ¿Puedo meterme en la Hobby Consolas y llevarme únicamente el Teléfono Rojo de Yen (esto es para los más viejos del lugar)? Oye, que si todo esto se sigue leyendo gratis en sus webs, estupendo. Pero es que las revistas enteritas no se pueden leer en sus webs.

Esto tiene que ser. Como le dijo Bart Simpson a nosequién cuando le enseñó el cómic "El dinosaurio-vampiro": "... Tenía que existir".


jueves, 27 de julio de 2017

Proceso de (des)composición


Me encanta leer sobre cine. Leo 84 revistas de cine al mes (he llegado a dudar de si me gusta mas el cine o las revistas de cine), visito webs de noticias y críticas a diario y suelo comprar toneladas de libros sobre películas, directores y toda la vaina. Pero hay un tipo de libro de cine que me vuelve loco: el noble, proceloso y absolutamente crazy proceso de producción de una película. Desde que nace la idea en la cabeza de una persona (o en la sala de juntas de una empresa de juguetes) hasta que se proyecta en la sala, las fases por las que atraviesa una película me parecen fascinantes, y en ocasiones mucho más que la propia película. 

Hace poco volví a ver Guerra Mundial Z y me gustó quizá un poquito más que la última vez (Brad Pitt is solid as fuck, el tercer acto es original y visualmente es bien golosa). Pero me gustó aún más después de releer la historia de Variety en la que se detalla con pelos (puaj!) y señales el camino tortuoso que atravesó esta cinta hasta el día de su estreno. Tened en cuenta que la idea original era llevar al cine la novela homónima de Max Brooks, pero si habéis visto la película sabréis que de la novela no cogen ni las comas. El proceso de creación de una película, con el tren ya en marcha como en este caso, siempre me ha subyugado como Nosferatu a sus víctimas.

Llevo muchos años haciendo un seguimiento intenso a este tipo de historias, que si Bill Murray iba a ser Batman, lo que tenía pensado Oliver Stone para un nuevo Planeta de los Simios, los múltiples volantazos del reboot de Cazafantasmas, la fallida versión de Superman de Tim Burton (mirad este documental que el propio director ha colgado gratis en YouTube si queréis indagar)… todo esto me chifla, me pone como una moto y, afortunadamente, hay un montón de material sobre el tema. Hasta en el mayor mojón comercial de Hollywood hay cierta creatividad, fallida, explosiva, deliciosa. Y si no, ahí están los libros de arte de cualquier film de medio pelo. Son espectaculares. Los devoro. Melocomotó, melocomotó, los garbazos del puchero...

jueves, 20 de julio de 2017

Salgo a correr con miedo

Esto no es material de jiji, jaja. Esto es serio.

En serio.

Últimamente, salgo a correr con miedo. Dos de las tres últimas veces que he salido a correr he sido perseguido por una gaviota. No sé si es la misma, que me odia y me localiza por un GPS especial para gaviotas al que la raza humana es totalmente ajena, pero la persecución está ahí. Y, mi miedo, aquí. En mis entrañas.

Es pánico total. Os cuento cómo va: yo voy corriendo por Dublín, a lo mío, por las calles normales, sin meterme con nadie, escuchando mis podcasts (si me siento especialmente vigoroso, me pongo música, pero en mi "modo viejo" voy escuchando podcasts). De repente, oigo como un bramido, un gemido gutural y pajaril. Me giro. Es una gaviota TRAZANDO DIAGONALES a mi espalda. Va posándose de farola en farola, o tejado en tejado, y precipitándose tras de mí haciendo vuelos en caída diagonales, como si fuera un kaza japonés o una maldita ave psicópata.

¿Besará una foto de su amante ("Love, Susie") antes de iniciar sus vuelos kamikazes contra mí?

¿Por qué SOLO me persigue a mí por las calles y no al resto de personas con las que me cruzo cuando corro?

Esto es serio. ¿Es posible que una gaviota ataque a un hombre solo porque sí? ¿Puede el animal, finalmente, hacerse con el control?

Son las 8:58 de la mañana en Dublín. Hace sol. Voy a salir a correr.

Tengo miedo.

jueves, 13 de julio de 2017

Band Aid: La película de la pareja que convierte sus peleas en canciones


Puede que a la peli Band Aid la llamen en España "Algo pasa con esa pareja" o similar... pero la gracia al concepto no se la van a quitar: una pareja que decide convertir sus continuas peleas en canciones terapéuticas. Si Zoe Lister-Jones, actriz, guionista y directora debutante, tenía alguna herida por sus series canceladas, he aquí una tirita maravillosa: la crítica la está poniendo por las nubes. 

Zoe Lister-Jones es una actriz de rostro interesante y delivery más interesante aún. Cada vez que ha salido en una serie, seguro que te has quedado con su cara...

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domingo, 9 de julio de 2017

La obsolescencia de las cosas. Y de los señores.

Hace unos cuántos años vi en RTVE un documental sobre la "obsolescencia programada" (reportaje que recuerdo estupendo y que podéis ver en la no menos estupenda web de "la tele de todos"); si no queréis invertir hora y cuarto de vuestra vida en él, ya os lo cuento yo: va de cómo los que cortan el bacalao programan todos los electrodomésticos para que se estropeen pasado un tiempo determinado y así tener que comprar uno nuevo. Desde el punto de vista del comprador no tiene sentido que hagan a posta una cosa que se va a romper, pero desde el punto de vista de los que venden los cacharros es lo más entendible del mundo: si te venden una bombilla que no dejará de funcionar NUNCA, ¿para qué vas a volver a su tienda de bombillas, Bombillas O'Farrell? (Vivo en Dublín y Bombillas O'Farrell me ha sonado bien).

Todo esto viene a cuenta de un pensamiento, de una sensación (de vivir) que he tenido hoy mientras Loida y yo dedicábamos el domingo de asueto a eso, al asueto (pasear, comer helados, esquivar gaviotas) y a ver pijaditas en tiendas varias. Una era de "cosas para el hogar" y he pensado que qué pena que compres lo que compres, la copa para el cóctel, la tabla de madera para servir los quesos o el rebanador de cuellos humanos de invitados plastas... nada quedará tan bien como en la tienda. Nada lucirá tan bonito y habrá alcanzado su prime tanto como en la tienda. Un objeto ha tocado su techo cuanto está expuesto en la tienda, es su noche de San Juan, su día más pleno de luz. Una vez lo compran y sale de la tienda, sus días comienzan a acortarse. Nunca quedan tan bien como en la foto. Se rayan, se manchan, se rompen. Se ponen feos. Y viejos. Y se convierten en clutter. Y hay que empezar desde el principio.

Esto me está ocurriendo también a mí, que me estoy convirtiendo en clutter. Ojeras, dolores de espalda tremendos, sueño permanente desde que me levanto, pesadez suma. Solo espero, deseo, que no haya llegado ya mi prime, quiero creer que aún no he sido expuesto en la tienda. No puede ser.

jueves, 20 de abril de 2017

The Leftovers: Recaps y foros para teorizar a gusto


Si os gusta tanto The Leftovers como a mí (deseo que no acabe nunca), seguro que estáis en el negocio de elaborar teorías crazies y leer en foros qué leches SIGNIFICA cada diálogo, plano o donut del catering. Yo esto lo hago religiosamente (nunca mejor dicho, ejem) desde la segunda temporada. Os dejo aquí webs de toda confianza donde cuelgan recaps, críticas y especulaciones estupendas:

What's Alan Watching

Sonia Saraiya para Variety

A.V. Club

Vulture

Vox

The Nerd Recites

The Atlantic

Pajiba

EW

jueves, 13 de abril de 2017

Pros y contras


¿Realmente la gente toma decisiones haciendo una lista de pros y contras? Hoy, ante una decisión que tengo que tomar (laboral, importante) me he puesto a hacer una lista (mental) con una columna a la izquierda con los pros y otra a la derecha con los contras... He resuelto rápido, puesto que uno solo de los contras ya tiene más peso que ocho u ochenta pros. Yo, cuando tengo que tomar una decisión, acabo apostando por "creo que esto es lo que tengo que hacer", sin matemáticas ("ah, me salen siete pros y cuatro contras, decidido"), sin ninguna ciencia en concreto.

Obviamente, he tomado decisiones horribles en mi vida... pero sigo apostando por el "me quedo con esto porque es lo que ahora mismo me pide mi cuerpo español". ¿Cómo lo hace la gente?

martes, 4 de abril de 2017

Entrevistas de trabajo en Dublín (y lo que viene después)


He hablado mucho por aquí de los bocatas de pollo pero poco de cosas más sustanciales para la vida en Dublín como, por ejemplo, las entrevistas de trabajo (más allá de este podcast en el que me desfogaba a gusto). Las entrevistas de trabajo en esta ciudad son como la última peli de Shyamalan, múltiples. Me explico: son eternas gymkhanas en las que primero te entrevistan por teléfono (te “toman la lección” de tu currículum… un currículum que están leyendo con sus propios ojos en ese momento), luego te entrevistan en persona, luego te hacen la entrevista final, luego tienes que saltar por un aro a cuatro patas… y finalmente llega la gran tapada, la fase desconocida por todos pero altamente peligrosa: LAS REFERENCIAS LABORALES.

lunes, 20 de marzo de 2017

Hacer buenas críticas cinematográficas es fácil si sabes cómo (y yo no sé cómo)


Siempre he querido escribir bien críticas de cine. Pero siempre acabo cediendo a escribir deprisa y un poco en tono "popular". No popular en plan sencillo y elegante y bellísimo como Roger Ebert, sino popular en plan chabacano. Para escribir buenas críticas de cine hay que tener una larga vida fílmica a tus espaldas y un largo talento como escritor (como el que hace falta para no escribir construcciones tan horribles como "largo talento"). Acabo de leer una de Jonathan Romney en un número pasado de Sight & Sound que me ha encantado. Es de Manchester by the Sea, la película que quería que ganara el Oscar (perdóname, La La Land, soy lo peor) porque me pareció sencillamente una obra maestra; como esta crítica, de la que destaco un par de párrafos que te descubren otras capas de la cebolla, te amplían la experiencia cinematográfica, te la ensanchan, te la convierten en unos baggy-pants que flipas. Cuando una crítica te provoca una segunda lectura, no necesariamente distinta pero sí más profunda, más avezada, de la que ya tenías de un film... ¡qué maravilla!

The term "tip of the iceberg" comes to mind when watching Kenneth Lonergan´s Manchester by the Sea. That is partly because his third feature is a very wintry film; featuring repeated shots of its protagonist shovelling snow, Manchester is a story about a man´s life frozen in suspense, about a winter of the soul. But the film also makes us feel that that, both in terms of its narrative and characters, we are only seeing the tip of the iceberg in the sense that what is shown on screen only partly lays bare the intricacies of this particular drama. Lonergan has made a film of great directness and simplicity that nevertheless constantly gestures at a larger complexity (...) 
Narrative intricacy apart, Manchester by the Sea might easily register at first sight as a classic American mainstream take on emotional drama: unproblematic Sundance realism. Yet Lonergan is grappling with the complex unmanageability of human experience in a way that is both sensitive and generous, attending to his characters´fine shadings without foregrounding his own stylistics, which are modestly downplayed (...)

domingo, 19 de marzo de 2017

Wonder Woman, Wonder Promise


Con cada declaración de la directora Patty Jenkins, más ganas tengo de ver Wonder Woman. En este extracto habla de qué películas le inspiraron y, francamente, todo suena a música celestial. La película se estrena en junio en casi todo el mundo y pienso estar el primero en la cola (bueno, realmente no estaré en la cola porque saco las entradas por internet y el muchacho de la entrada me lee el código directamente de mi pantalla, gracias móvil moderno).

It ended up being very Superman. For me it’s Casablanca a lot. It came up a lot. And Indiana Jones. It’s those three films. It’s a classic film. We’re making a classic film. We care about humor. We care about epic. We care about heroicism. We care about arc and story. Make it elegant. Go for it. Don’t hold back. Just try for that pocket all the time. Really those three films with a kind of war hero, who Steve Trevor is. Indiana Jones or Rick from Casablanca meets Wonder Woman and I’m in.
Relacionado: Wonder Woman es (casi, un poco) la primera superheroína 

jueves, 9 de marzo de 2017

No puedo no comprar libros




Si existe el turismo gastronómico, ¿existe el turismo literario? Claro que sí. Buscas en Google “turismo literario” y te salen más de 600.000 resultados. La Wikipedia, siempre fiel como el (difunto) perrito de Lycos, define el término como ir a los sitios que aparecen en las novelas o ir a los sitios donde los escritores escribieron novelas famosas. Sin embargo, este no es el turismo literario que yo practico. Ni de lejos.

En mi reciente viaje a Barcelona practiqué una vez más mi particular versión del turismo literario, que quizá podríamos llamar “turismo de dejarse la pasta en las librerías locales”. La cosa es tal que así: voy a un sitio, me quedo FASCINADO con todas las novedades editoriales que veo allí, y arramplo con media librería (repetir el proceso en tres o cuatro tiendas distintas). Esto acaba resultando en dolores de espalda, ya que cargo por toda la ciudad con toneladas de libros, como si me dedicara a los portes. La idea siempre es ir sin maletas a mi destino para no poder comprar nada… pero la cabra tira al monte, y el mío está forrado de papel. A mitad de viaje improviso y me compro alguna mochila o bolsa de mano de bajo precio para llenarla de mis queridos libros. Si se vendieran alforjas, compraría alforjas.

(Una vez compré en una Charity Shop de Londres una maletita de lasBratz que me vino de perlas… sí, hubo miradas en el aeropuerto… pero aquellas Bratz me dieron un soporte máximo, siempre han estado conmigo y, una vez más, resolvieron).


Este hábito enfermizo de adquirir libros allá donde voy bien lo conoce (y bien lo sufre) Loida, que viendo Roma Ciudad Abierta se acordó de mí en el momento de la foto que encabeza este post. No puedo evitarlo. Es superior a mí. Cualquier deseo previo de “esta vez no me voy a comprar ningún libro” queda inmediatamente quebrado en cuanto entro en una librería de la ciudad X. No puedo no comprar libros. ¿Es grave, doctor?

martes, 7 de marzo de 2017

Boss Baby, eres mágico



The Boss Baby
es uno de los conceptos más divertidos que he visto en años. Cuando vi el tráiler, me subyugó como un vampiro. Ya le obedeceré siempre. La idea de un señor mayor, talludito, haciéndose pasar por bebé para obtener los favores de una familia (a la que quiere extorsionar por motivos que desconozco –en el tráiler no se desvela-) me parece maravillosa, revolucionaria. Grandiosa.
Además del tráiler (que empieza a molar de verdad cuando se descubre el tocomocho, debajo lo teneis), hace poco vi el libro de arte de la película y mi amor por esta película no ha hecho sino aumentar. Os digo algo, dudo mucho que vaya a verla (no conecto con las películas de animación, tienden a aburrirme, no se por qué), pero este Boss Baby puede conseguir imposibles. Lo cierto es que me encantaría arrodillarme ante él. Es un faro al final del camino, es la luz que debe guiarnos. ¡Oh, Boss Baby, qué bueno que viniste!
 


Por cierto, en España han matizado las facciones del "Bebé Jefazo" (venga, aceptamos pulpo, la verdad es que me parece una traducción apta, en Sudamérica será Un jefe en pañales) y lo han hecho un poco menos malo; fijáos en esos labios más pequeños, ese ceño un poquito menos fruncido, ese "tan solo es un bebé, que no se nos asusten las familias"... ¡maldita sea, no intentéis cambiar a Boss Baby! ¡Él no se somete! ¡Él no atiende a razones comerciales! El Bebé se vengará. Y su venganza será terrible.
 

lunes, 6 de marzo de 2017

Chicas del tren de los 90 (o el Domestic Noir de antes)


Quiero romper una lanza (en la cabeza de los críticos) a favor de La chica del tren, una de esas películas denostadas por la prensa especializada que luego ves y dices “Oye, pues qué buen rato, ¿no?”. A ver, la peli es lo que es: una tv-movie con más medios, pero es que Emily Blunt lo da, los giros de guión salen como las setas y, francamente, ya era hora de recuperar en cine estos “thrillers de las pasiones bajas” que abundaron en los 90.

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viernes, 3 de marzo de 2017

¿Trabajar para Gordon Gekko? No, gracias


Ayer fui a una entrevista de trabajo para un trabajo que realmente no me interesaba. A veces uno dice que sí por teléfono y cuando llega el día de la entrevista dices: "qué pereza, ¿no?". El sitio estaba bien lejos de mi casa (vivo en el centro de Dublín), y no es que lo buscara en Google Maps por "NON PLUS ULTRA"... pero para llegar a la empresa tuve que coger el tranvía y luego hacer dos o tres pruebitas de resistencia. La mujer que me entrevistó por teléfono (muy maja ella por teléfono, SPOILERS: luego no tanto) me dio unos cuantos tips para llegar: "cuando cruces la calle principal ve hacia el gran edifico de pisos inacabados, la estructura vacía, y luego gira a la izquiera...". Qué poco sabía yo que esa CARCASA VACÍA sería en última instancia todo lo que esa empresa tenía que ofrecer (cuelgo aquí debajo la foto de ese mastodonte empty, sin nada más que ofrecer que un envoltorio, cuando le di al click en el móvil ya estaba armando en mi mente este flamante post. FLAMANTE).


Las oficinas de la empresa estaban ubicadas en una cosa llamada "UNIT 21" de una especie de parque empresarial. La Unit en cuestión es, efectivamente, una unidad, una especie de tetra-brick que, en lugar de leche fresquita, aloja señores y una empresa pequeñita. Cuando abrí la puerta allí había una mesa, una cocinita y un despacho, fin. Sentí auténtico asco. Y pavor. Pero oye, a lo mejor el trabajo estaba bien y ofrecían buenas condiciones y... Nada de eso hubo en mi entrevista. O quizá sería mejor decir interrogatorio. La señora irlandesa y el señor de algún sitio del mundo que no puedo determinar (definitivamente not Irish) me crujieron a preguntas del tipo "¿Eres ambicioso?", "¿Puedes manejar la presión?" "¿Estás dispuesto a gritar a la gente?"... Me hubiera gustado hacer un Zack Morris, pedir tiempo muerto y congelarlos para hablar directamente a la cámara: "YO, ESTA MIERDA, NO".

Me parecieron dos ratas obsesionadas con hacer dinero, crecer, aplastar, mentir, generar negocio. A mí todo eso siempre me ha importado CERO. Personalmente. Así que imaginad crear todo eso para otra persona. Me pareció todo lo malo que hay hoy en día en el mundo. Empresas cuyo primer objetivo del año es tener más beneficios que el año anterior porque... ¿por qué, exactamente? Hemos asumido, como sociedad, que es lo reglamentario: ganar siempre más y más. Yo esto, en mi cabeza, no lo entiendo. Claro que mi cabeza es un sitio complicado, pero al menos tiene claras dos cosas:

1/Empresas que hacen cosas chachis y, además de hacerse ricas, quieren aportar algo: BIEN
2/Empresas que solo quieren enriquecerse y les da un poco igual cómo: MAL

Bordé la entrevista. Mi política es "BORDA SIEMPRE LA ENTREVISTA". Tiempo habrá para decir que no o para que descubran que soy raro, lo que antes llegue. Pero en mi cabeza les di un fuerte abrazo a estos dos Gordon Gekko-wanabes, una raza de seres que poco a poco se ha apropiado de todo esto.

Qué pena, ¿no?

jueves, 2 de marzo de 2017

¿Qué es el Pancake Day?


Si vas a tu trabajo y el plato especial del día en la cantina (así llaman al restaurante de la empresa) son las pancakes… es que es el día de la tortita y vas a engordar un pelín. Pero oye, las tortitas están top (sigo apostando por las del Vips contra viento y marea) y que el calendario marque que un día en concreto DEBES COMER SÍ O SÍ TORTITAS pues como que muy bien, ¿no? ¡Peor sería lo de The Purge!

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miércoles, 1 de marzo de 2017

The Vampire Diaries cierra el diario


El otro día contaban en la Entertainment Weekly cómo había sido el rodaje del último episodio de The Vampire Diaries (se emite el 10 de marzo). Que si Nina Dobrev se había emocionado rodando un par de secuencias ante una tumba (gasp!) y besando a uno de los hermanos (regasp!), que si Ian Somerhalder había derramado una lágrima que fotografió y envió a Julie Plec y Kevin Williamson a modo de felicitación… vamos, que aquello era el fin de una época y estaba todo el mundo con las emociones a flor de piel. Lamentablemente, en mi caso, el final de la serie me importa entre poco y nada.

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martes, 28 de febrero de 2017

Diseños para Dummies


Los libros para Dummies han cambiado de diseño. Ya sabéis, los de Cocina para Dummies, HTML para Dummies, Colonización extraterrestre para Dummies… Estos libros tienen dos características muy reconocibles. Por un lado, sus contenidos sencillos, explicativos, nada densos; convirtiendo tochales en cosas asumibles* para ese tonto medio (hola, encantado) que quiere enterarse de qué va una materia en concreto. Por el otro, su diseño. Ese amarillo chillón en portadas y lomos, y la cabeza de ese señor-garabato les convertía en reconocibles a la legua.

Bueno, pues todo esto lo han mantenido en el nuevo diseño, pero ahora en plan “moderado”. Es como el traje de Superman en Man of Steel: sí, el azul es azul y el rojo es rojo pero ya no salta a tus ojos. La cabeza del señor-garabato es menos garabato. Y ni rastro de la letra de tiza para "DUMMIES". Ahora el aspecto de los libros es más "cuqui" y moderno, pero también menos auténtico. Mira y compara, solo puede quedar uno… ¿con cuál te quedas?

* Hay unos libros españoles llamados “XXXX contado con sencillez” por los que pongo la mano en el fuego, son estupendos

Doctor Sleep no quiere que durmamos

He vuelto a ver Doctor Sleep , la película de 2019 que hace un doble combo desconocido hasta entonces, corregidme si me equivoco: es secuel...