viernes, 18 de octubre de 2019

Un día de furia (contenida)

Cada vez me molestan más cosas, y las cosas que me molestan cada vez lo hacen más. Esto va in crescendo de manera verdaderamente inquietante. ¿Os pasa a vosotros? Loida y yo atribuimos este fenómeno a la edad, a ser viejos; a que si a mi abuelo le crecían las orejas y los pelillos en zonas de la cara donde tan solo podría cultivar pelo TeenWolf, de igual modo le crecerían las manías, los lamentos, los odios incubados durante toda una vida. No sé si es porque nos estamos haciendo ya muy mayores o es que porque somos personas de fuerte convicciones (prefiero creer que es lo segundo), pero lo cierto es que cada vez aguantamos menos a la raza humana. Y no solo eso, cada vez aguantamos menos que a la raza humana no le preocupen cosas que a nosotros nos sacan de quicio. Hace poco mencionaba algunos tics que nos invitan a saltar desde un séptimo piso, pero me dejé uno en el tintero: ese pasar de todo olímpicamente que nos está convirtiendo en una raza de keybord warriors (montar revoluciones en Twitter y tal)... ¡¿pero qué le pasa a la gente?!

El otro día era un padre dando pataditas a mi asiento en el cine DELANTE DE SU HIJO PEQUEÑO, pero cualquier otro es un tío escupiendo al cemento justo al pasar por tu lado y al siguiente será el autobusero cerrándote la puerta en las narices tras haber hecho el sprint de todos los tiempos. Todo esto me enerva pero cuando miro alrededor lo único que veo es desdén. Nada ni nadie parece inmutarse ante todo lo que da ascuzo en nuestra vida; son cosas claramente reconocibles, estan ahí, a la vista de todos, pero para qué mojarnos cuando lo más fácil es, no sé, grabarlo en vídeo para que luego te saquen en la portada del periódico (y para, ya de paso, sacar merchandising). Lo peor de todo es que, a fuerza de no hacer nada, de no recriminar, de no pararle los pies a la mierda, esta está avanzando lenta pero segura, creciéndose en su convicción de enmerdar todo lo que pille por delante. Y nos está sepultando bajo una gran capa de caca.

Sabéis que es verdad.
  • Leyendo un libro de lo más disfrutable (Movie Geek, del creador y varios autores de la web Den of Geek), he descubierto que Una historia de violencia (la de Cronenberg con Viggo Mortensen, Maria Bello y Ed Harris, ¡echo de menos a Ed Harris!) fue la última peli hollywoodiense en salir en VHS, allá por marzo de 2006. En este artículo de Inverse dicen que otras dos películas fueron editadas aunque en tiradas limitadísimas y/o privadas (Cars y Eragon)... en cualquier caso, ¿cuál es el último VHS que ruló por vuestras manos? En mi caso, seguramente alguna edición especial de Expediente X de aquellas que vendían en El Corte Inglés, me las compré todas-toditas-todas.
  • Hace no demasiado me tocó trabajar en turno de noche y a eso de las 3 o 4 de la madrugada, entre el relax que ofrece una empresa prácticamente vacía y la batalla que libras contra el sueño, me puse a leer INTENSAMENTE la web de El Comidista, en la que no me metía desde hace cosa de un año, si no más; el programa que hicieron en La Sexta no acabó de gustarme y como que se rompió lo que había entre nosotros... bueno, pues he comprobado que en papel pantalla de ordenador sigue funcionando tan bien como antes. De todos los artículos interesantes que hay, desde el de la comida para llevar del Mercadona hasta las mejores pizzas de España, os recomendaría su crítica de La Tagliatella (en uno de sus locales llegué a trabajar un par de meses, cuando aún hacía la carrera de periodismo...). Creo que la expresión "poner a caer de un burro" la inventaron para este artículo, madre mía los palazos, no se veían destrozos así desde la edad dorada de Steven Seagal (Alerta Máxima-Alerta Máxima 2). Es divertidísimo, en este tipo de artículos, seguir los comentarios, los hay de todo tipo: desde los "anónimos sospechosos" que defienden a muerte la franquicia y los puestos de trabajo que genera y "¡a saber qué intereses tenéis en El País para hablar mal de esta cadena y no de otra!", hasta los que vienen a dar clases de qué es y qué no es comida italiana. En fin, que me hicieron (el articulista y los comentaristas) la noche bastante más llevadera.
  • Y, bueno, espero que hayáis seguido en todos los medios, pero especialmente en El País (que sabía que tenía un serial bueno entre manos y lo ha explotado debidamente, en paradigmático ejemplo del infotainment que nos domina), la historia del Rey del Cachopo, ¿no? Si no hacen serie de esto, yo ya no sé nada.

    PD. En descargo del Platano Man de los vídeos del metro que os he dejado antes, debo decir que acabo de encontrar una foto en la que se le ve "reteniendo" a la Extraña Mujer Rubia y "entregándola" a la poli. No sé, maybe there's hope...

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