miércoles, 6 de noviembre de 2019

El Irlandés (sí el de Scorsese)

A la hora de hablar de El Irlandés, porque hay que hablar de El Irlandés, podría centrarme en lo bien que está hecho el rejuvenecimiento por ordenador de los actores (creo que nunca he visto esta técnica mejor usada –leed este excelente artículo para saber el currazo que ha llevado-), quizá en lo pesados que se pusieron los cinéfilos con “si no aguantas más de tres horas viendo una peli es que eres lerdo” (mucho más interesante, me parece a mí, es preguntarse si la historia de Frank el Irlandés necesitaba tres y horas media para ser contada…); o tal vez en el puesto que ocupa la cinta en el ranking particular de Martin Scorsese (pese a que me ha gustado, no me parece mejor que Uno de los nuestros, El lobo de Wall Street, Taxi Driver, etc.). Sin embargo, me voy a centrar en otra cosa, una pequeñita y que ha necesitado de unas cuantas décadas para que la aprecie: Joe Pesci.

Este señor, que apareció en mi vida en Arma Letal 3 y al que sentí la necesidad de asesinar desde el primer fotograma, me parece lo mejor de El Irlandés con diferencia. De Niro y Al Pacino están bien, claro, pero… ¿hacen algo distinto de lo que han hecho siempre? Es sorprendente la interpretación reposada, reflexiva, casi taciturna que entrega Joe Pesci; tan soberbia que casi me hace desear que la película se hubiese llamado El amigo del Irlandés y que el foco le hubiese iluminado a él todo el rato. Solo por su maravillosa interpretación ya me ha merecido la pena ver El Irlandés, de la que, no puedo negarlo, esperaba un poquito más.

También he visto Marriage Story y, por supuesto, tengo que hablar de Marriage Story (si no hablas de estas dos películas creo que te cierran las cuentas de Twitter y de TinyLetter). Esta me ha gustado un poquito más, me ha llenado un poquito más. La anterior peli que vi de Baumbach (una de Naomi Watts y Ben Stiller intentando seguir siendo jóvenes y cool) ya me dejó buen sabor de boca con su historia interesante, dramática, pero metida con cucharaditas de humor. Esta historia del matrimonio me confirma lo apuntado entonces; me encanta como este hombre deja destellos de humor, apuntes casi absurdos, rematando secuencias aquí y allá. Le da un estilo personal muy interesante. Pero más digno de alabar que esto es esa mega-bronca de la pareja protagonista de unos ¿siete minutos? que acaba con los dos personajes rotos y pidiéndose perdón por las burradas que se han dicho el uno al otro. Una secuencia demoledora que, cada vez que necesitaba de una nueva toma, debía iniciarse desde el principio debido al calentamiento gradual de ambos en la discusión. Es por cosas como estas por las que admiro a los actores… la mayor parte del tiempo. ¿Te atreverías a exponerte entero (enterito, desde el dedo gordo del pie hasta el extremo más recóndito de tu alma) solo porque es lo que pone en unas hojas que se ha imaginado un señor? Por cierto, un monumento ya para Laura Dern (me encanta cuando llega absolutamente emperifollada a su primer encuentro con Scar-Jo y le pide disculpas por presentarse “con estas pintas”, jajajaja).

Y, mirad, ahora mismo no tengo tele en casa, no puedo hacer zapping. El único canal que tengo es Netflix. Y veo lo que ponen. Cuantos más Irishmen y Marriage Stories pongan, mejor. Lo de rebuscar en su reverso tenebroso es divertido pero para un rato, prefiero caminar la mayor parte del tiempo viendo por donde piso.

PD. No quiero ni debo olvidarme de otro ejemplo maravilloso de concreción interpretativa en The Irishman, la de Anna Paquin en sus escasos minutos en pantalla. Crack absoluta.
  • En cosas que he escrito últimamente, en Brenda Forever he comparado el remake de El Padrastro con su versión original, he hablado de una película de Nicolas Cage QUE NO ESTÁ NADA MAL (¡en serio!) y me he sacado de la manga un Abecedario Teenager (para el adolescente de ayer).
  • En lecturas provechosas, toca especial Irlandés. Lo que he apreciado de Joe Pesci (contención), se lo reprocho a la narración de The Irishman (¿dónde está el rock and roll que le mete Scorsese a las historias de gángsters?). En este estupendo artículo, Christina Newland afirma que el toque “glacial” es voluntario, que la intención de Marty es desmitificar un mundo que glorificó en el pasado y que esta es, de hecho, su despedida del género. ¿Será verdad?
  • Este texto de The Guardian se arremanga y discute el final de la película, las motivaciones de ciertos personajes y qué es real y qué no en la peli (y en el libro de Charles Brandt). Muy recomendable si, como a mí, os gusta masticar las películas un buen rato.
  • Cuentan aquí que más de 26 millones de personas (bueno, “hogares” donde puede haber más de una) han visto El Irlandés en su primera semana y se espera que al menos 40 lo hayan hecho antes de acabar el mes. ¡Va como un tiro, ese Irishman! Es más bien un Rocket Man. Eso sí, “ver” significa para Netflix haber aguantado al menos el 70% de lo que dure la peli o serie en cuestión. Comparada con Bird Box, la de Sandra Bullock con una venda en los ojos, esta hizo mejores números: 35 millones en su primera semana y 80 al final de mes.
  • Por cierto, no sé si el especial “A conversation”, con el director y los actores protagonistas, aparece en Netflix solo después de ver la película entera (a modo de “premio desbloqueado” una vez has aguantado las tres horas y diecinueve minutos sin créditos que dura The Irishman), pero es muy recomendable en cualquier caso. Lo que más me llamó la atención es cómo los actores debían modular sus movimientos en función de la edad que tuviera su personaje en esa escena en concreto (Scorsese cuanta cómo Al Pacino en una escena se levantaba como un tipo mayor de los 39 años que en teoría tenía Jimmy Hoffa en ese momento y que a esa edad uno se levanta del sofá con un poco más de energía…).
  • Y no quiero abandonar el tema del Irishman (vaya, Juan, para no haberte encantado, no dejas de hablar de la película…) sin hacerme un recordatorio a mí mismo: localizar y ver la peli sobre Hoffa de los 90 protagonizada por Jack Nicholson, escrita por David Mamet y dirigida por… ¡¡Dany De Vito!!
  • De Marriage Story os dejo dos artículos publicados en Vulture: la entrevista con la estrella indudable de la película, Laura Dern; y la entrevista con la Laura Dern real, es decir, la abogada que inspiró el personaje que interpreta Laura Dern. Voy a escribirlo otra vez: LAURA DERN. Oh My.

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