jueves, 14 de noviembre de 2019

Ante otra entrevista de trabajo

Conseguir una entrevista de trabajo no es fácil. Conseguir una entrevista de trabajo en Dublín es dificilísimo. Y ya conseguir una entrevista de trabajo en Dublín llamándote Juan Rodríguez es directamente un milagro. ¿Convertir panes en peces? HOLD MY BEER, YEISUS... Bueno, pues lo imposible ocurrió. La tengo mañana, en apenas unas horas. Antes de esto, me levantaré, puede que salga a correr (aquí aún está permitido y procuro mantener una distancia notable con hombres y gaviotas), me ducharé, esperaré a que nos llegue el router de Virgin Media (tercer intento tras los fallidos experimentos con Eir y Sky -el Coronavirus también afecta a las nuevas altas de internet -mil gracias a nuestra vecina Siobhan que nos dejó usar su señal sin hacer preguntas ni aceptar ninguna compensación-) y me prepararé para tener mi entrevista de casi dos horas por Zoom (... whatever happened to Skype?). He estado preparándome la entrevista en los últimos días pero el problema, el sofoco, me ha venido hoy cuando he investigado a fondo la empresa, sus valores, su "cultura", tal cual se me ha pedido. Mi diagnóstico es el siguiente: son unos ultras que me dan miedo.

No digo que la empresa sea una secta pero sí que aplican comportamientos sectarios a lo que proponen. Creo que se nos está yendo un poco de las manos lo de las "empresas modernas". Puede que lo que ofrecen esté bien (de hecho, lo que más me atrae de la empresa es un software que me tiene intrigado porque lo veo como algo objetivamente positivo, si no fantástico -por magnífico que no por increíble-), pero no puedo eliminar el extraño sabor que me ha dejado en la boca ver vídeos en su web y redes sociales en los que buena parte de sus empleados rinden culto a su empresa como si fueran los Ultra Sur o los del Frente Atleti. Puede que solo sean vídeos promocionales y que la realidad, una vez dentro, sea distinta. Pero también puede ser que realmente prediquen con el ejemplo y todos sus lemas, clips y entrecomillados de somos una empresa guay y tú eres guay y todos somos guay and we are in this together lo lleven tan a rajatabla que a los dos meses quiera saltar por el muro y no parar de correr.

Acudo pues a mi entrevista con la duda de si darlo todo o dejarme ir. No debo ni puedo olvidar lo extraordinariamente difícil que me resulta conseguir entrevistas de trabajo. Pero tampoco puedo olvidarme de toda la mierda que he visto. El acatamiento masivo de directrices, el seguimiento ciego de lemas vacíos, el borreguismo absoluto de lo que sea, aunque ese lo que sea esté pintadito de blanco, siempre me ha dado pánico. SATANIC PANIC.

Ya os contaré cómo va.

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