¿No es frustrante cuando en la tienda te compras dos o tres cosas porque te quedan guay... pero luego al llegar a casa te quedan como el culo? Como el mismísimo culito que no te entra ya en los pantalones. O a duras penas entra. ¿Acaso uno mengua, engorda o muta en las 2-3 horas que tarda en llegar a casa? Este es uno de los motivos por los que no compro nunca ropa por internet (el otro es que soy rematadamente viejo, "me entró el viejazo", que diría el Loco Gatti). Y es que, si ya me ofrece dudas mi propia medición real de prendas IN SITU, en la PROPIA TIENDA, con mis MANOS METIENDO PANTALÓN EN CULO, qué esperanza puedo tener en que una estimación aproximada de medidas en el ciberespacio satisfaga las medidas de mi culo... Sé qué existe la devolución de prendas y que incluso las propias tiendas corren con el gasto del retorno, pero bastante frustrante es ya que no te quede bien algo como para luego tener que meterse encima en el fregado ese de devolverlo...
-Pero señor, que no es ningún fregado, que van incluso a su casa a recogerlo
-Te ahogaré. Te ahogaré con un jersey del C&A. Enrollaré su manga alrededor de tu cuello y apretaré hasta que ceda.
-... ¿La manga?
-TU PESCUEZO.
Para mí, señor de medidas amorfas, de cuerpo Daliniano (en el sentido de que las carnes se me desparraman por sitios insospechados, como derritiéndose... no, en serio, ¡¿qué se supone que estáis haciendo?!), señor al que le quedan bien muy poquitas cosas y que luego en casa resulta que no me quedaban tan bien, hay pocas experiencias que me den tanta pereza como salir de compras. Porque salir de compras es salir de compras de ropa. Si vas a comprarte un libro, una bolsa de canónigos ya lavados y un cuadernito que no necesitas del Tiger, eso no es salir de compras; eso es salir A COMPRAR ALGO. O salir y hacer compras. Vas paseando y, de repente, decides comprar algo. Si sales de compras no sales a ver las hojas del otoño y la fuente de la plaza y luego a comprar, no, no, vas derechito al ABC Serrano o donde compréis vosotros esa ropa que os queda tan bien a todos. Ojo a esta distinción lingüística entre salir de compras o salir y luego ya si eso se hace alguna compra. Si algún día pongo en marcha otro de mis podcasts de éxito (risas), este es un tema que trataré con urgencia (el podcast que tengo en mente desde hace años y que nunca haré es uno sobre el uso de la lengua, me debato entre dos títulos: "Niño, esa lengua" y "Ahí hay un niño que dice hay" -la frase que nunca dijo ningún niño en España o Latinoamérica-).
En fin, que vais todos muy guapos por la calle, que todo os queda guay, y que yo seguiré tragando con lo de probarme cosas, comprar solo dos de las trece que me he probado, volver a casa, reprobarme las cosas y bueno, vale, tendremos que tirar con esto. Todo con tal de llevar ropa encima de mi cuerpo, algo que no debe BAJO NINGÚN CONCEPTO mostrarse en su público. No solo por la fealdad del mismo, única en su especia; sino porque como decía Seinfeld, la "caída" del cuerpo, así sin ropa, es raro.
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