jueves, 20 de julio de 2017

Salgo a correr con miedo

Esto no es material de jiji, jaja. Esto es serio.

En serio.

Últimamente, salgo a correr con miedo. Dos de las tres últimas veces que he salido a correr he sido perseguido por una gaviota. No sé si es la misma, que me odia y me localiza por un GPS especial para gaviotas al que la raza humana es totalmente ajena, pero la persecución está ahí. Y, mi miedo, aquí. En mis entrañas.

Es pánico total. Os cuento cómo va: yo voy corriendo por Dublín, a lo mío, por las calles normales, sin meterme con nadie, escuchando mis podcasts (si me siento especialmente vigoroso, me pongo música, pero en mi "modo viejo" voy escuchando podcasts). De repente, oigo como un bramido, un gemido gutural y pajaril. Me giro. Es una gaviota TRAZANDO DIAGONALES a mi espalda. Va posándose de farola en farola, o tejado en tejado, y precipitándose tras de mí haciendo vuelos en caída diagonales, como si fuera un kaza japonés o una maldita ave psicópata.

¿Besará una foto de su amante ("Love, Susie") antes de iniciar sus vuelos kamikazes contra mí?

¿Por qué SOLO me persigue a mí por las calles y no al resto de personas con las que me cruzo cuando corro?

Esto es serio. ¿Es posible que una gaviota ataque a un hombre solo porque sí? ¿Puede el animal, finalmente, hacerse con el control?

Son las 8:58 de la mañana en Dublín. Hace sol. Voy a salir a correr.

Tengo miedo.

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