En mi trabajo me aburro como una ostra. Miento, seguro que la vida de las ostras es una party loca comparada con mi “vida” laboral. Es por esto que intento salvar a cuantas más neuronas mejor. Las pobres no me han hecho nada (quizá en una vida anterior, no sé), y yo atento cada día contra ellas. No se lo merecen. Así que intento rescatarlas. No todos los días lo consigo, ni todos los días tengo tiempo para intentarlo (hay días en los que no hay tiempo para aburrirse en mi trabajo sino únicamente para adoptar la concienzuda y concentrada personalidad de un robot). Pero, cuando puedo, intento rescatar a mis neuronas. De una manera muy sencilla, veréis:
Me meto en mis webs de visita diaria (páginas americanas sobre cine y las secciones de cultura de dos conocidos periódicos españoles, mayormente) y copio y pego en un documento de Word tropecientos artículos para leer en el trabajo. Es una lata, porque hay que limarlas de fotos, textos de colores e hipervínculos, pero finalmente consigo dejarlo todo en Arial 10, que es el tamaño y fuente de los textos que tengo que escribir en el trabajo… ¿me vais siguiendo? Al ojo ajeno (¿ojeno?) es otro aburrido texto laboral, pero al ojo avezado es un ranking con las películas favoritas de Martin Scorsese de 2015. Hasta ahora nadie ha descubierto la verdad de mi documento puesto que reduzco las medidas de mi ventana de Word a un tamaño que queda perfectamente integrado en el paisaje, otro árbol en el bosque de mi escritorio, es casi como una imagen en 3D que no se detecta hasta que pasas 57 minutos observando (a mi me llevaba 57 minutos en los 90, a vosotros no?).
Bien, vamos ahora a lo que verdaderamente quería contar (ya os avisé de que lo de irme por las ramas era una norma de estilo): puesto que desproveo a los artículos de fotos, titulares y antetítulos (todo lo que no sea texto uniforme pone trabas en mi misión de recopilar grandes cantidades de texto del tirón), muchas veces acabo leyendo cosas que no sé de dónde he sacado. Lo mismo puede ser un texto de Variety que un post de Zona Negativa que un “encuentro digital” con Carlos Boyero. Esto es lo que me ha ocurrido con un texto que quería comentar con vosotros; y es la noticia del falso crítico de cine que se inventó una productora de cine americana tan solo para poder rescatar una frase positiva que colocar en el poster o carátula del DVD. Ejemplo: en la última de Bridget Jones (Bridget Jones’ Baby) hay una frase en teoría de algún crítico que dice “Best Bridget Ever!”… que viene sin firmar y es como que muy sospechosa… ¿Será una práctica que aun sigue vigente en los estudios de Hollywood?
Aquel crítico ficticio llevaba por nombre David Manning y se pasó años poniendo por las nubes a películas de Columbia Pictures… películas que he visto, TODAS ELLAS, y que, qué queréis que os diga, son bastante salvables (¿será que yo soy, sin saberlo, DAVID MANNING?). Voy a ir asignando mis frases para el cartel a cada una de las pelis recomendadas por el Sr. Manning:
Destino de caballero: Heath Ledger on fire en una peliculita enérgica y con al menos una idea original (actualizar los duelos de lanza a caballo con canciones de Queen no es moco de pavo)
El hombre sin sombra: Kevin Bacon, la deliciosa Elizabeth Shue y Josh Brolin, ¿puede haber un reparto más mítico? ¡Aprobadísima! Y dirige Paul Verhoeven. Tengo que ponérmela esta misma noche, maldita sea.
Límite Vertical: Chris O’Donnell tuvo su momento en los 90. Aún no sabemos, como especie, por qué se lo dimos. Como motivo de estudio del fenómeno ya es interesante.
El patriota: Mel Gibson se carga a los malditos represores ingleses con un hacha en un bosque. Repetidas veces.
Estoy hecho un animal: Vale, esta no la he visto pero huele bastante mal.
David Manning will return.
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