miércoles, 19 de julio de 2023

¿Qué son los glimmers y por qué la Gen Z se los toma como lacasitos?

Dándome una vuelta por LinkedIn (algo así como "la plaza del pueblo" para los que buscamos trabajo -acabo de actualizar mi perfil, échale un vistazo-), me topé (literalmente, salió del subsuelo, casi como un rebelde topillo, quizá de ahí lo de "toparse") con un tema que me dejó intrigado: resulta que la Gen Z (los nacidos a finales de los 90-principios de los 2000 y que manejan internet, las redes sociales y la tecnología digital desde que eran unos zigotos - también pueden ser llamados, me encanta, Zillennials) es adicta a una cosa llamada "glimmers", impactitos repentinos de felicidad que se tienen, se disfrutan, se valoran, y a otra cosa. 

@annatheanxietycoach What are your glimmers ✨ #glimmers #triggers #mentalhealthhelptips #anxietydisorder #anxiousmindset #coregulation #anxiousmindset #anxietytipsplease #emotionalwellness #anxietytips ♬ Thank You - Lennon Stella

Es decir, valorar muy fuerte esos momentos fugaces de felicidad que te alegran el día. Cositas pequeñas, no grandes sucesos. Por ejemplo, ver salir el arcoiris tras un chaparrón es un glimmer. Que consigas la promoción y te mudes a Dakota del Norte a trabajar en otra división de tu empresa con un sueldo mejorado no es un glimmer. Es una película americana con Jason Bateman.


A ver, esto original no es; todos en algún momento de nuestra vida hemos tenido la capacidad de distanciarnos un pelín de un suceso feliz que nos está pasando para intentar "atraparlo", para hacerle una especie de fotografía mental a esa alegría pasajera que nos inunda (rollo Alec Baldwin en Friends). 

Lo original, o novedoso, es que esto se ha convertido en una tendencia en redes bautizada con el nombre de "glimmers". Estos micro-momentos de felicidad que se experimentan en las ocurrencias normales del día a día pueden ir desde "ver a un grupo de amigos jugando en un parque en un día soleado" a "descubrir que han salido tomates en el huerto que inicié en el jardín hace meses" pasando por "encontré adorable a este perrito por la calle y tuve que acariciarle". 

El término (que, desafortunadamente, no guarda relación alguna con la robusta cinta de acción de 1996 protagonizada por Steven Seagal y Keenen Ivory Wayans titulada The Glimmer Man) fue acuñado por la trabajadora social Deb Dana en 2018 y puesto de moda el año pasado en TikTok por la influencer @heydrjustine. 

La popularización del término nace un poco de la necesidad: ante el elevado coste de las terapias tradicionales y los medicamentos relacionados con la salud mental, se hace ahínco en las pequeñas cosas (gratuitas) que ya nos hacían felices.

Resumiendo, ¿tienen un azote en el culo todos los de la Gen Z? Mmmm, puede que un azotito ligero, sí. Pero una buena idea es una buena idea, con rebranding o sin rebranding: valorar todo aquello que nos da gustirrín, por muy seguro que lo demos por hecho, es siempre positifo. Nunca negatifo.

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+ en este artículo del Chicago Sun Times dicen que los glimmers van aún más allá de ser momentitos pasajeros de felicidad... yo no lo fiaría tan largo, pero lee a ver

miércoles, 5 de julio de 2023

No puedo no hacerlo

     (Me. In about five years)

Hace unos meses me dediqué a escribir una newsletter a la semana en plan "countdown to my dream job", cada entrada iba a ser un recuento de los acontecimientos que, esos siete últimos días, me habían puesto un poquito más cerca de, valga la redundancia, mi puesto soñado. Las semanas pasaron y... bueno, digamos que salgo a deber en lo que a puestos soñados se refiere. No lo conseguí, me enfurruñé y cerré mis epístolas semanales (recopiladas aquí) anunciando un cambio de proceder, algo así como una (mini) declaración de intenciones desde aquel momento: se acabó buscar el sueño, ahora busquemos la pasta. Pero... ¿sabes qué? Que no puedo no hacer lo que me pide el cuerpo: podcasts, posts, libros que nunca verán la luz. 

Hace poco hablé con un dibujante que trabaja en una tienda de cómics, me dijo que seguía dibujando en sus ratos libres, que no le compensa económicamente y que, además, le quita mucho tiempo, pero... "no puedo no hacerlo". Lo que nos tira es lo que nos tira. Y qué le vamos hacer. A lo mejor no me puedo ganar la vida con esto (all signs point to that, que diría la Bola 8), pero al menos seré honesto conmigo mismo. Voy a seguir haciendo lo que me gusta. Porque no puedo no hacerlo.

Y, en serio, hacedme un llamado. Radios, teles, mercado de Orcasitas que quieres empezar un podcast... just give me a call. 

XoXo

Doctor Sleep no quiere que durmamos

He vuelto a ver Doctor Sleep , la película de 2019 que hace un doble combo desconocido hasta entonces, corregidme si me equivoco: es secuel...