Ayer vi esto en Twitter (la foto de esos "clientes que son modelos y no clientes" de arriba no, sino los vídeos que os pongo debajo) y me hervía la sangre. Ya me podía haber hervido unos huevitos para añadirlos luego a una ensalada, pero no, era la sangre la que se me puso más caliente que el café de un diner de Oregón. Lo vi en el Twitter de Ichigo Niggasake y me hizo recordar esos trabajos a los que no quiero volver nunca en mi vida. Yo no he tenido exactamente este trabajo (de haber tratado CARA A CARA con un cliente seguramente hoy estaría muerto), pero sí varios similares y puedo confirmar tres cosas:
1/ Los clientes, así, en general, son personas asquerosas sin ningún tipo de empatía (yo también soy cliente y no me considero esto a mí mismo, por eso he dicho "en general")
2/ Los clientes con "entitlement", o sea, los que se creen con derecho a todo, los que tienen aires de grandeza por el solo hecho de haber comprado o pagado algo, son aún peores que los clientes a secas. Ejemplo perfecto es el señor del vídeo que había reservado una habitación de hotel y cree que automáticamente es el rey del Mambo. Estos clientes con ínfulas son lo más parecido al diablo en la Tierra. Son una manifestación de Belcebú. Son gente que asesinaría a su propia madre con tal de sentirse validados (ver vídeos de debajo, son dos partes de una interacción entre una santa trabajadora y un enviado de Satán)
3/ No digo que un cliente que ha comprado algo y no se ve satisfecho no tenga derecho a reclamar, lo que digo es que el mero hecho de reclamar algo que "te pertenece" no reduce a la persona que te está atendiendo a un nivel inferior de vida... Es, más bien, todo lo contrario. TÚ ERES EL INFRASER. Y debes ser erradicado.
Cause at this point I'm walking away. I'll be back when you decide wtf you wanna do pic.twitter.com/FCnjIvpKeK
— Ichigo Niggasake (@SomaKazima) October 24, 2022