lunes, 18 de septiembre de 2017

Mi tarjeta de reo

En Dublín se produce un fenómeno curioso: el de la gente con tarjetas de sus trabajos colgadas del cuello. Yo también tengo una, pero no la llevo colgada del cuello. No quiero sentirme perro con cadena. En todo caso, quiero sentirme perro con capa. ¡Quiero ser Krypto, no Krypto encadenado trabajando para Darkseid! Ahora que lo pienso... una variación de Django Desencadenado pero con un perro absolutamente unleashed, un perro reemplazando a Keanu Reeves como nuevo John Wick, cabreado porque han matado a su dueño... yo este proyecto lo financiaría hoy mismo...

... pero volvamos al tema del post (me cuesta tanto centrarme en los temas que yo mismo propongo). Que la gente, qataríes, italianos, brasileños, irlandeses y españoles caminamos caminan por las calles de la ciudad con su tarjetita acreditativa al cuello en plan "trabajo para una corporación/he sido absorbido por una corporación". A ver, que la tarjeta tiene su utilidad, ¿eh? No la llevan "para fardar", es una tarjeta que te sueles colgar del cuello porque la necesitas para abrir cualquier puerta de tu empresa. Teniéndola al cuello nunca te la olvides y está siempre a mano. Por ejemplo, si sales a hacer caca, tarjetita y marcar tu clave personal en la puerta; si vuelves de la gran cacada, tarjetita y clave; si quieres ir a la cantina (cafetería de las corporaciones), tarjetita y clave; si quieres salir a los alrededores a que te de el fresco en la cara para evitar las ganas de vomitar, tarjetita y clave... básicamente, es como estar en una cárcel de máxima seguridad donde cada compuerta debe ser abierta con una llave especial.

La comparación de las puertas de mi trabajo con las de una cárcel no es gratuita, claro, pero ahora no quiero hablar de mis sentimientos.

Únicamente quería decir que llevando el cordel todo el día del cuello, incluso fuera de la oficina, parece como si la corporación para la que trabajas te poseyera. Y esa, amigos, es la posesión chunga de verdad. Sorry, Belcebú.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

King Kong con una buena canción

Los anuncios de la tele, salvo aquellos en los que sale Kristen Stewart, no me gustan demasiado. Tengo una capacidad maravillosa para absorber televisión, desde un programa de cocina de la hermana de Karlos Arguiño hasta una telecomedia protagonizada con un conejo de peluche que habla, pero hay algo que siempre se me ha resistido: la publicidad. Mi cuerpo los rechaza como el de los aliens de La Guerra de los Mundos los virus del planeta Tierra. Muy pocos captan mi atención, menos aún me gustan. Este me ha gustado, el del King Kong hinchable que persigue a una chica en su coche entre los rascacielos. Es de Volkswagen. Está muy bien, pero la clave es la canción: Livin' Thing, de la Electric Light Orchestra. Dejo anuncio y canción debajo.



sábado, 9 de septiembre de 2017

Further to my last post...

Decíamos ayer que Kristen Stewart era algo así como el pan de molde y la pólvora en un mismo (y atractivo) ser humano. Al menos para mí. Me encanta. De hija de Jodie Foster en Panic Room o de personal shopper en la película Personal Shopper que no sé si habrán visto muchos personal shoppers. ADORO, que dirían mis compañeros brasileños del trabajo. Pues bien, fue publicar aquí esa defensa de la actriz y ver a los pocos días un maravilloso anuncio de Kristen Stewart para una popular marca de colonias. Os dejo aquí abajo el spot. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que es el mejor paquete de imágenes en movimiento creado por el hombre:

Doctor Sleep no quiere que durmamos

He vuelto a ver Doctor Sleep , la película de 2019 que hace un doble combo desconocido hasta entonces, corregidme si me equivoco: es secuel...