He hablado mucho por aquí de los bocatas de pollo pero poco
de cosas más sustanciales para la vida en Dublín como, por ejemplo, las
entrevistas de trabajo (más allá de este podcast en el que me desfogaba a
gusto). Las entrevistas de trabajo en esta ciudad son como la última peli de
Shyamalan, múltiples. Me explico: son eternas gymkhanas en las que primero te
entrevistan por teléfono (te “toman la lección” de tu currículum… un currículum
que están leyendo con sus propios ojos en ese momento), luego te entrevistan en
persona, luego te hacen la entrevista final, luego tienes que saltar por un aro
a cuatro patas… y finalmente llega la gran tapada, la fase desconocida por
todos pero altamente peligrosa: LAS REFERENCIAS LABORALES.
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