Llevo siglos resistiendo. Un poco por viejo. Otro poco por llevar la contraria. Un mucho porque en el transporte público quiero leer libros y revistas, mojarme el dedo, pasar páginas. Pero se me va a acabar la ficha... El mundo conspira para que me compre un Smartphone y jubile mi Nokia con linternilla. En mi trabajo han cambiado de compañía de taxis. Y la nueva compañía solo trabaja con App. Tienes que reservar coche con su App. No puedes llamar (si pudiera, llamaría con teléfono de rosca -soy ancestral-).
Así pues, me hallo ante la prueba más difícil de mi vida en lo que a móviles se refiere. Han sido muchos lustros escribiéndome direcciones en trocitos de papel antes de salir de casa, muchos viajes preguntando por las calles a la gente que si me podían buscar una cosita en Google, muchas fotos nunca colgadas en Instagram... ¿resistiré, claudicaré? ¿Me uniré, finalmente, a mi siglo?
Es eso o quedarme sin taxi la semana que viene, que hago turno de noche...
¿Hasta dónde llega la cabezonería humana?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.